¿Cómo deben ser las ciudades adaptadas a la crisis climática?

 


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¿Cómo deben ser las ciudades adaptadas al cambio climático? Es la pregunta que se formulan ahora los urbanistas, arquitectos, biólogos y otros planificadores de las ciudades del futuro? Un urbanismo donde tengan mayor cabida los espacios verdes, una arquitectura que integre las variables para lograr edificios que ahorren energía y la participación ciudadana para ajustar las propuestas a las necesidades de los vecinos son algunas recetas del nuevo ideario.

"La manera de mitigar la temperatura provocada por la ‘isla de calor’, que se agrava con las olas cálidas en verano, es generar alfombras verdes tanto en superficie (a pie de calle), como en altura (en las cubiertas edificadas) y buscar la permeabilidad del suelo”. Ambas situaciones permitirían reducir la temperatura de la ciudad hasta 4 grados. Así se manifiesta Salvador Rueda, director de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona.

Hay que llevar a cabo de forma urgente la implantación de la vegetación y del suelo permeable en toda la ciudad”

Salvador RuedaDirector de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona

En los últimos 50 años (1971-2020), en Barcelona el promedio anual de las olas de calor se ha multiplicado por 15 si se consideran las horas diurnas y por 40 si se observan las horas nocturnas. Así lo indica el estudio capitaneado por Blanca Arellano y Josep Roca, de la Escola d’Arquitectura de Barcelona

“Hay que llevar a cabo de forma urgente la implantación de la vegetación y del suelo permeable en toda la ciudad”, señala Rueda.

En este sentido, los expertos también apuntan la necesidad de cambiar el modelo de movilidad actual, con el objetivo de liberar espacio y sustituir los coches por arboledas que proporcionen sombra. “A día de hoy, el espacio público es de uso casi exclusivo para la circulación de vehículos. Se recurre al asfalto, que es de color negro, y el nivel de absorción de calor es tremendo. La situación se hace insostenible en el tiempo” asegura Rueda.

Urbanismo sostenible

Supermanzanas como única solución

Rueda es el ideólogo del proyecto de las supermanzanas en Barcelona. “Las supermanzanas pueden liberar el 70% del espacio público que hoy está dedicado a la movilidad y podrían convertirse en calles con prioridad peatonal en las que colocar la arboleda que proporcionaran la sombra que necesitamos”, explica.

Este tipo de propuestas pueden realizarse en un periodo de 8 años. "Es un tiempo ridículamente corto para una obra de tal envergadura”, y conllevaría un coste de unos 500 millones de euros “o sea, poco más del 1% del presupuesto de una ciudad como Barcelona que puede acumular hasta 30.000 millones en 8 años”, asegura Rueda. Por otra parte, las supermanzanas no comprometen la organización de la ciudad, “solo se necesita reducir un 15% la circulación de coches”.

5 condiciones

Proyectos de espacio público para frenar el impacto ambiental en la ciudad

Fernando Porras-Isla, arquitecto que trabaja en el espacio público de Madrid, explica las 5 condiciones que un proyecto de obra en la ciudad debe tener para estar adaptado a la situación de cambio climático. 

En primer lugar, la condición vegetal: “Hay que naturalizar lo máximo posible la ciudad con especies vegetales capaces de fijar carbono y además, que sean autóctonas, que estén aclimatadas a esa ciudad”. 

En segundo lugar se deben establecer continuidades: “Aquí, hablamos de garantizar la accesibilidad a personas con cualquier capacidad”. También, es necesario crear corredores de flora y fauna, como “hicimos en la nueva Plaza de España de Madrid y han aparecido insectos polinizadores”. 

La tercera condición pasa por hacer un suelo más fértil: esto se consigue con pavimentos porosos, que lo hagan permeable y con capacidad drenante. “En la capital trabajamos con el ánimo de recuperar el origen del nombre de Madrid, el cual fue ‘Mayrit’, acuñado por los árabes y que significa abundancia de agua”. 

Crear microclimas es la cuarta receta,y se  consigue "gracias a la humedad de las plantas escogidas por expertos que vayan a trabajar en la nueva obra”. La intención es reducir grados en verano y subir un poco la temperatura en invierno. 

En quinto y último lugar, Porras-Isla, reconoce la importancia por la selección de materiales: “se tienen que utilizar aquellos elaborados en un radio de 150 km para evitar que se hagan transportes de larga distancia”, concluye.

¿Por qué no va a tener árboles?

La nueva Puerta del Sol

Este arquitecto, jurado en el concurso del proyecto de la nueva Puerta del Sol de Madrid, admite que, “la sostenibilidad en la nueva plaza se basaría en dejar todo lo más ordenado posible y que los materiales empleados tengan un ciclo de vida lo suficientemente ecológico”. 

La emblemática plaza empezó su obra de repavimentación hace unos meses y el proyecto, ha recibido las críticas de distintos colectivos ecologistas porque consideran que no se incluyen elementos verdes en él. “No se puede implantar vegetación porque es una zona que está acribillada de estaciones de tren en el subsuelo. También, tiene límites por arriba como son las puertas y ventanas de los edificios que rodean la plaza”, justifica Porras-Isla. 

No se puede implantar vegetación porque es una zona que está acribillada de estaciones de tren en el subsuelo"

Los expertos alegan que la nueva Puerta del Sol es un proyecto ligero epitelial, es decir, no trata de ser sostenible, solo supone la transformación de una plaza clásica histórica. “Es un pequeño punto, en cuanto a superficie comparado con toda la dimensión de Madrid. La solución al problema no es llenar de verde la Puerta del Sol, sino es activar un modelo de movilidad que incorpore superficies de sombra extensas en toda la ciudad”, coincide Rueda.

Rehabilitación energética de edificios

La adaptación de la ciudad al cambio climático también pasa por la rehabilitación energética de las viviendas. “El objetivo es el de aumentar, al menos, la eficiencia energética de las viviendas en un 30%”, asume Albert Cuchí, arquitecto y profesor de la UPC.

La emblemática plaza empezó su obra de repavimentación hace unos meses y el proyecto, ha recibido las críticas de distintos colectivos ecologistas porque consideran que no se incluyen elementos verdes en él. “No se puede implantar vegetación porque es una zona que está acribillada de estaciones de tren en el subsuelo. También, tiene límites por arriba como son las puertas y ventanas de los edificios que rodean la plaza”, justifica Porras-Isla. 

No se puede implantar vegetación porque es una zona que está acribillada de estaciones de tren en el subsuelo"

Los expertos alegan que la nueva Puerta del Sol es un proyecto ligero epitelial, es decir, no trata de ser sostenible, solo supone la transformación de una plaza clásica histórica. “Es un pequeño punto, en cuanto a superficie comparado con toda la dimensión de Madrid. La solución al problema no es llenar de verde la Puerta del Sol, sino es activar un modelo de movilidad que incorpore superficies de sombra extensas en toda la ciudad”, coincide Rueda.

Rehabilitación energética de edificios

La adaptación de la ciudad al cambio climático también pasa por la rehabilitación energética de las viviendas. “El objetivo es el de aumentar, al menos, la eficiencia energética de las viviendas en un 30%”, asume Albert Cuchí, arquitecto y profesor de la UPC.

En estos últimos años, los vecinos se han preocupado por incorporar acciones innovadoras; en el caso de Madrid, el foco está en la agricultura urbana. “Pensamos que en el escenario de crisis ecosocial en el que estamos y con un contexto de crisis energética, las ciudades van a tener que repensar todo el funcionamiento de sus sistemas alimentarios”, sugiere.

Las ciudades van a tener que repensar todo el funcionamiento de sus sistemas alimentarios"

En Madrid se empezó con la iniciativa de la red de huertos comunitarios desde hace más de una década. “Empezó como un proyecto vecinal pero hace 8 años se consiguió que estos huertos fueran reconocidos por el Ayuntamiento”, comenta González. Actualmente, hay registrados un total de 70 huertos comunitarios en Madrid, los más grandes alcanzan los 1.500 metros cuadrados.

https://www.lavanguardia.com/natural/cambio-climatico/20221010/8546588/grandes-ciudades-buscan-adaptarse-cambio-climatico.html 


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