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La construcción de torres modernas en la urbanización Las Mercedes, más que un paso a la modernidad, implica una amenaza a largo plazo: el aumento de la temperatura en la zona, producto de la superficie en construcción y la progresiva eliminación del arbolado, produce serias consecuencias sobre el ambiente y la salud de los residentes
Las construcciones, además, fueron autorizadas bajo los cuestionamientos de expertos que indican que los últimos cambios en las ordenanzas de zonificación no cumplen con un plan urbano integral de la ciudad y no se consultó a los vecinos de Baruta para su aprobación
Alianza Rebelde Investiga
Así lo revela un mapa de calor de marzo de 2020: en la urbanización Las Mercedes, al este de Caracas, se ven manchas rojas que indican que, en esos lugares, la temperatura es cuatro grados mayor que en otras zonas de la ciudad y oscila entre los 32 y 34 grados. La más grande de estas máculas está al comienzo de la avenida principal, justo la zona más desprovista de árboles donde el asfalto y los techos impermeables le han ganado por completo al espacio a cualquier especie vegetal.
Las imágenes que muestran la temperatura de la superficie terrestre (LST, por sus siglas en inglés), tomadas entre marzo y abril de 2020 –los meses más secos y cálidos del año–, indican también que, hace poco más de una década, la temperatura en Las Mercedes y en el resto de la ciudad era distinta y que en la mayor parte del territorio, incluso en el período más cálido, oscilaban entre 24 y 27 grados. Hoy, esos valores subieron a la franja 28 y 31 grados.
Temperatura superficial en Las Mercedes. Imágenes satelitales USGS Landsat 7 Cortesía: profesora Karenia Córdova
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Este fenómeno se explica a través de las islas térmicas o islas de calor, que revelan la existencia de un aumento de la temperatura entre las zonas urbanas –densamente pobladas y construidas– y la periferia, donde la presencia de vegetación es notablemente mayor. En Caracas, ese calor se intensifica en la estación seca y empeora cuando choca con eventos de origen climático como El Niño o las olas de calor producidas por el cambio climático.
Esta variación, según explicó la investigadora del Instituto de Geografía y Desarrollo Regional de la Universidad Central de Venezuela, Karenia Córdova, en un estudio sobre el tema publicado en 2011, “se asocia a una progresiva pérdida del entorno vegetal natural, intra y peri urbano, sustituyéndolo por superficies impermeables, como el concreto, asfalto, ladrillo y otros materiales de construcción, que alteran el balance hídrico y radiativo superficial, lo que induce, en consecuencia, a un aumento de la temperatura en las áreas urbanas”.
Las construcciones de Las Mercedes de los últimos cinco años, con sus altas fachadas de cristal y cemento, amenazan con ampliar estos manchones rojos que describen a las zonas críticas dentro de la isla de calor, se extiendan a lo largo de toda la urbanización. Esta investigación indagó en las consecuencias de una transformación que se ampara en cambios de zonificación e ignora los parámetros mundiales de planificación de ciudades sostenibles.
El aumento progresivo de la temperatura hará que el consumo de energía se eleve, que el suministro del servicio eléctrico empeore e impacte directamente en todos los servicios públicos. Además, aumentará las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes del tránsito automotor creciente y de un transporte público deficiente. Todo hará mella en la salud de quienes viven o trabajan allí. A estos factores se suma la ausencia de un plan que vele por las obras patrimoniales que, según expertos, están amenazadas por los nuevos aires de modernidad.
Los efectos serán mayores si se toma en cuenta que a estas construcciones las rodean palmeras y no árboles, cuyo follaje limitado ofrece menos sombra y menos poder para filtrar el impacto de los rayos del sol que caen directo a la superficie. Un monitoreo hecho por la Plataforma Plantados, creada en defensa del arbolado urbano, revela que hay un déficit de más de 1.300 árboles en toda la urbanización. Todo ello contribuye con las secuelas que deja el calentamiento del planeta en el país y en el mundo que empuja hacia arriba los indicadores de los termómetros.
Caminar y sudaren Las Mercedes
Aunque en los últimos años la definición de isla de calor o isla térmica urbana ha estado en boca de científicos y medios de comunicación, data de la década de los sesenta y se asocia con la formación de una cúpula de calor sobre la ciudad, donde los picos están sobre los espacios urbanos densamente ocupados y con muchos metros de construcción y el entorno vegetal natural se pierde progresivamente.
Córdova estudia desde hace años el fenómeno en Caracas a través de imágenes satelitales y la implementación de las bandas térmicas de dos sensores (Landsat 7 y Landsat 8). Con un mapa, precisó que en la capital venezolana hay un mosaico de microclimas que van desde los puntos rojos donde los árboles se extinguen al paso del concreto y el asfalto, hasta las zonas más claras como el Country Club, donde la alta presencia del arbolado urbano se combina con el campo de golf y refresca todavía más la zona.
“Lo que hemos visto con el tiempo es el aumento de la intensidad del calor en la ciudad y que el suroeste y noroeste tienen un comportamiento térmico peor que el sureste y noreste de Caracas”, señaló.
Aunque Las Mercedes está en el sureste –y no padece de las quemas de basura como ocurre en barrios del oeste donde carecen los servicios de aseo urbano–, tiene zonas críticas de calor como el final de la avenida Río de Janeiro y los estacionamientos sin techo cercanos. Las islas de calor se consolidan cuando dentro del área urbana desaparecen los árboles y los parques vecinales y predominan este tipo de espacios.
Córdova advirtió que esta área crítica de Las Mercedes se comenzó a extender y, ahora, llega hasta el inicio de la calle París. Allí están el Centro Comercial Automercado, varias plazas de estacionamiento y casi ninguna planta.
Las características del suelo tampoco ayudan: capas de asfalto y cemento sin zonas verdes. El vidrio y el ladrillo que se suman al paisaje. Todas son superficies que remiten el calor de los rayos del sol que caen directamente sobre ellas sin ningún tipo de filtro. Mientras haya más superficie construida, mayor será la alteración sobre los parámetros que regulan el clima local.
Carlos Dobobuto, vicepresidente del Consejo Venezolano de Construcción Sostenible y asesor en sostenibilidad, aseguró que varias de las nuevas construcciones tienen suelos impermeables, es decir, que no permiten el paso del agua. Una imagen satelital analizada por Córdova confirmó este dato.
“Si hacemos el análisis de superficie impermeable, concluimos que prácticamente toda Las Mercedes la tiene. Vemos muy poca arborización y la poca que hay está en una condición de estrés tal que no cumple ningún rol de mitigación, porque la vegetación que tiene esta función, que tiene actividad clorofílica, que está viva, es la que evotranspira y contribuye a mitigar el calor con ese aporte de humedad. Pero si la vegetación está en condición de estrés no logra este proceso”, sentenció la experta.
Estos grupos de árboles aislados, señala, “no pueden contribuir a bajar la temperatura porque están rodeados de superficie seca, impermeable, no evapotranspirativa, que tienen una capa de concreto”, completó.
Sin la cobertura vegetal disminuyen la humedad y la sombra. El impacto de la radiación solar se dispara, al igual que el calentamiento de la superficie que provoca que el calor se mantenga durante las primeras horas de la noche.
Un monitoreo hecho en junio de 2022 por la Plataforma Plantados, que integra organizaciones que defienden el arbolado urbano, reveló que hay apenas 829 árboles en Las Mercedes, cuando la cifra debería superar los 2.200.
Plantados se basa en el cálculo de un árbol grande sembrado cada 10 metros, una medida a la que se han acogido distintos manuales de arborización, según el integrante de la plataforma, José Carvajal.
Para hacer ese diagnóstico, la organización recorrió las 18 vías que atraviesan la urbanización de este a oeste y de norte a sur, y comprobó que hay cuadras donde los árboles fueron arrasados y otras donde estos fueron reemplazados por palmeras. Estas, por cierto, son frecuentes alrededor de las nuevas construcciones.
“Con una arborización fraccionada y discontinua poco se hace por mejorar la situación”, apuntó Córdova. En la imagen citada por la experta aparecen puntos marrones que identifica como los terrenos baldíos de las construcciones. Los pequeños puntos verdes, señala, los identifica como las gramíneas que han crecido en estos lotes.
Si bien la altura de los edificios ayuda a proyectar sombra y esta baja la temperatura, esta cualidad queda sin efecto cuando los techos, de grandes dimensiones, no tienen un tratamiento especial. Córdova agregó que aquellas azoteas que se cubren con colores como verde, rojo o negro incrementan el calor porque lo abosorven y remiten, mientras que aquellos que se cubren con un material reflectante (colores aluminizados, blanco, plateado), o se convierten en “techos verdes vivos” (un sistema que contempla la instalación de una cubierta vegetal con plantas capaces de retener el agua de lluvia, purificar el aire, reducir la temperatura ambiente y ahorrar energía) sí ayudan a mitigarlo.
Que Las Mercedes se convierta en una zona crítica de calor también reviste un riesgo para la salud humana. En las temporadas más secas y cálidas de la ciudad, las altas temperaturas pueden transformarse en calor extremo y generar quemaduras de piel, calambres, agotamiento o golpes de calor, porque el cuerpo no tiene la capacidad para enfriarse adecuadamente.
El estudio de Córdova indicó que, en marzo de 2010, Caracas experimentó un incremento de temperatura atípico que se combinó con humo de incendios forestales y baja humedad. El resultado fue “un aumento sostenido en el material particulado en suspensión” que dejó un alza de enfermedades respiratorias en Distrito Capital y Miranda. Las zonas críticas de calor de la ciudad están más expuestas a repetir este tipo de cuadros.
Con un panorama negativo del sector construcción e inmobiliario del país por la contracción económica, en Las Mercedes ocurre un proceso de transformación de sus espacios impulsado por la modificación de las ordenanzas de zonificación, reformadas en tres oportunidades entre los años 2008 y 2019 con el apoyo de la Alcaldía de Baruta, en manos de la oposición, y el Concejo Municipal, hasta 2021 liderado por el oficialismo. Los cambios en los instrumentos, que contienen las variables urbanas para construir en el municipio, favorecieron la inversión en la zona.
En 1998 se modificó por primera vez la ordenanza de zonificación de la urbanización y se aprobó un plan especial de urbanismo que permitía el aprovechamiento del suelo para uso residencial y comercial. Con estos lineamientos se abría el paso para la construcción de edificios de oficinas. La idea era convertir a Las Mercedes en una centralidad dentro de Caracas, recordó Sandra Ornés, docente del Departamento de Planificación Urbana de Universidad Sin Bolívar (USB) y exjefe de la División de Gestión Ambiental de la Alcaldía de Baruta.
Ornés explicó que las ordenanzas de zonificación aprobadas deben estar en sintonía con lo establecido en el plan especial de urbanismo y detalló que el Departamento de Ingeniería Municipal de Baruta debe velar que las empresas constructoras cumplan con sus disposiciones. Incluso la Ley Orgánica de Ordenación Urbanística prohíbe en su artículo 46 hacer reformas de estos instrumentos antes de los 10 años de la última modificación. Pero Provenzali recordó que en dos oportunidades –en 2015 y 2019– se autorizaron cambios antes del tiempo permitido y sin una motivación expresa. Durante esos años, los funcionarios opositores Gerardo Blyde y Darwin González ocupaban la alcaldía del municipio.
En octubre de 2019 se aprobó la última ordenanza de zonificación que fijó lineamientos urbanos sobre el eje norte de Baruta (Colinas de Bello Monte, Las Mercedes, Chuao). Un año antes de su aprobación, un grupo de arquitectos advirtió a la Alcaldía de Baruta que el proyecto de reforma era inviable.
Provenzali señaló que la rezonificación, que comprendía el aumento de la rentabilidad inmobiliaria con la unificación de las parcelas para ampliar el radio de los edificios, tendría un impacto negativo sobre el espacio público, la movilidad y la intensificación urbana.
El cambio de zonificación se aprobó, según Provenzali, sin justificación ni articulación en un plan urbano integral y sin consultar a las asociaciones de vecinos del municipio, como lo dictan las leyes. "Se favoreció el interés económico sobre el bien común", afirmó.
Para el experto en Planificación Urbana y Regional Ricardo Cuberos Mejía, la ordenanza se tornó obsoleta porque no se apega a los lineamientos de desarrollo urbano a los que se acoge el mundo moderno y que proponen documentos como la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Nueva Agenda Urbana de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Vivienda y el Desarrollo Urbano Sostenible (Hábitat III).
OBJETIVO 11 DE LA AGENDA 2030
Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles
UNO DE LOS PRINCIPIOS DE LA NUEVA AGENDA URBANA
c) Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente, promoviendo el uso de la energía no contaminante y el uso sostenible de la tierra y los recursos en el desarrollo urbano, protegiendo los ecosistemas y la diversidad biológica, entre otras cosas promoviendo la adopción de estilos de vida saludables en armonía con la naturaleza, alentando modalidades de consumo y producción sostenibles, fortaleciendo la resiliencia urbana, reduciendo los riesgos de desastre, y poniendo en práctica medidas de adaptación al cambio climático y mitigación de sus efectos.
Aunque ambos instrumentos fueron publicados posterior a la ordenanza, ninguna de sus modificaciones se ha ocupado de actualizarla conforme a esta nueva visión.
“No se refleja la movilidad sostenible sino ampliaciones de vías y facilidades para el vehículo, ni tampoco se explicitan lineamientos de compromiso ambiental que están siendo aplicados en los nuevos códigos urbanísticos que comprometen a la ciudad con la construcción de espacios públicos y edificios con un manejo eficiente del consumo de agua y energía, la generación de desechos, el fomentar la biodiversidad. En la actualidad es casi de obligatoria pertinencia incluirlos en estos instrumentos”, aseguró el experto.
Cuberos Mejía añadió que la tendencia es la construcción de edificaciones con usos mixtos, que permiten que las urbanizaciones tengan vida de día con oficinas y comercios, y que de noche se conviertan en viviendas. A esto se suma el reto de la postpandemia que contempla estructuras con espacios abiertos para sus moradores.
De fondo también persiste la preocupación por la memoria histórica. Especialistas como Octavio Sisco Ricciardi, abogado y experto en patrimonio cultural, plasmó en un estudio divulgado en 2019 la preocupación de que las nuevas construcciones afecten las obras declaradas bien patrimonial por Estado en Las Mercedes, las cuales deben ser resguardadas y protegidas según lo previsto en la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural y Ordenanza sobre el Patrimonio Histórico de Baruta, ambas vigentes desde 1993.
La arquitecta Hannia Gómez sostuvo que las torres son incompatibles con el ambiente urbano y subrayó que su infraestructura impide que haya armonía entre lo antiguo y lo moderno. Por eso, incluso, cuestionó hasta la falta de criterio para establecer el máximo de las alturas de las torres.
PATRIMONIOS EN LAS MERCEDES
La Alcaldía de Baruta ha otorgado más permisos para construir en Las Mercedes edificios de oficinas, hoteles y establecimientos comerciales. Lo más notable son los desarrollos de torres altas, en su mayoría para uso de oficina y comercio. En los últimos siete años, doce empresas de construcción han liderado los proyectos de al menos 31 edificios, de los cuales 58% aún están en fase de ejecución. La mayoría de las obras iniciaron entre 2016 y 2017 cuando la economía venezolana mostraba signos de debilidad, según se desprende de una base de datos elaborada por la Alianza Rebelde Investiga (ARI), conformada por los medios El Pitazo, Runrunes y TalCual, y la ONG Transparencia Venezuela.
NUEVOS EDIFICIOS EN LAS MERCEDES
Entre sequía y oscuridad
En Las Mercedes, al igual que en el resto de Caracas y el país, hay escasez de agua y electricidad. Con el desarrollo de nuevas edificaciones, el desafío es aún mayor, pues los constructores deberán garantizar que estos servicios sean suficientes, reflexionó el presidente de la Cámara Venezolana de la Construcción, Enrique Maruderi. "Cuando esas torres se enciendan, seguramente, no habrá luz suficiente porque en el país el sector eléctrico funciona por debajo de su capacidad", indicó.
José María De Viana, ingeniero y expresidente de Hidrocapital, explicó que, pese a que los desarrollos son favorecidos por su localización, los servicios públicos siguen siendo deficientes. Aseguró que en la urbanización hay apagones dos o tres veces por semana que duran hasta dos horas. “No son extensos en tiempo como en el interior del país, pero son recurrentes”, afirmó.
De Viana aseveró que a Las Mercedes debería llegar el agua solo con la fuerza de la gravedad, pero esa ventaja no exime a la urbanización de la escasez. Las bombas y motores del Sistema Tuy II operan a la mitad de su capacidad.
La falta de agua afecta a todos por igual en la zona. El mismo De Viana afirmó que el edificio donde está su oficina en Las Mercedes recibe dos camiones cisternas de 20 mil litros de agua por semana. “No podemos depender del acueducto. Sin cisternas no se puede tener servicio continuo de agua en los edificios”, añadió.
Y mientras no hay agua en los edificios, abunda en las calles cada vez que llueve. El problema de drenaje en la urbanización data de antes de que iniciaran las construcciones. En 2011, la compañía LCB fue contratada por la Alcaldía de Baruta, para colocar una tubería de drenaje de aguas de lluvia desde la Avenida Principal de Las Mercedes, hasta la desembocadura en el Río Guaire.
Las redes de drenaje no llegaron a abarcar toda la urbanización. En 2016, la alcaldía hizo una limpieza profunda y removió parte de los sedimentos que mantenían obstruidos los drenajes de la avenida principal de Las Mercedes. “Cuando el río Guaire aumenta su nivel, en Las Mercedes no drena bien el agua, hay inundaciones por poco tiempo que pueden ser peligrosas por las inundaciones en sótanos”, dijo De Viana.
Las precariedades son notables a pesar de que la que la última reforma a la ordenanza de zonificación de Las Mercedes contempla una serie de acciones urbanísticas que deben ser ejecutadas por la alcaldía, así como por organismos como Corpoelec e Hidrocapital, destinadas a garantizar la correcta dotación de servicios públicos en la urbanización, además de mejoras de áreas verdes y vialidad, con el empleo de sistemas de información geográfica, advirtió Cuberos Mejía.
“Estas son imprescindibles para hacer viable y armónico el desarrollo del sector (...) Si las acciones que están indicadas en el texto como de corto y mediano plazo se han ejecutado de manera simultánea al desarrollo de estas edificaciones, se preveía que el desarrollo de la zona está requiriendo mayor cantidad de servicios y que esa suficiencia está siendo satisfecha”, señaló Cuberos Mejías.
La ARI intentó consultar sobre la ejecución de estas obras al jefe de Ingeniería Municipal de Baruta, Harold Sosa, pero no obtuvo respuesta. A través de otras voces, se corroboró que la situación de los servicios públicos es tan precaria como en otras zonas de Caracas.
Frente al problema, los residentes de Las Mercedes usan sus propias plantas eléctricas, pese a que resultan contraproducentes para el ambiente, y más porque estimulan el aumento de la temperatura en la urbanización, incluso de agentes contaminantes. "No resulta conveniente porque por el almacenamiento de combustible, las máquinas al ser encendidas generan emisiones tóxicas", detalló De Viana.
La eficiencia energética tampoco se ha tomado en cuenta. Dobobuto, quien es asesor en sostenibilidad, señaló que las nuevas edificaciones son completamente acristaladas y que deberían tener materiales envolventes (que están en el exterior de una infraestructura) que mitiguen el calor de los rayos del sol. Pero esto no se cumple.
El Consejo Venezolano de Construcción Sostenible ha dado recomendaciones al respecto. En estos envolventes, tanto el coeficiente de ganancia de calor solar (SHGC por sus siglas en inglés), que es la medida de calor solar transmitido a través de las ventanas, como el Valor U o de transmitancia térmica, que denota la ganancia de calor por conducción a través de una ventana de cristal, deben tener valores bajos para adaptarse al clima cálido de Venezuela. Pero el SHGC de las infraestructuras en el país está por encima de 0,5, cuando debería ser inferior a 0,25. Mientras que el valor U es superior a 5,0 cuando debería ser menor a 1,20.
Ante este panorama, la única forma de climatizar estas edificaciones es utilizar aires acondicionados y consumir mucha energía para reducir el calor, enfatizó Dobobuto, y apuntó que los envolventes que se usan en la actualidad son más económicos que los que deberían implementarse.
Consideró importante expandir la construcción de edificios inteligentes en la zona de Las Mercedes, es decir, edificaciones con instrumentos de automatización que optimicen los sistemas de climatización e iluminación, reconocimiento de fallas en el suministro de aguas, e incluso evalúen la calidad de agua y aire. “Si hay alto consumo de energía, la automatización se encargará de regular estos valores”, explicó el asesor en sostenibilidad.
Movilidad obstaculizada
La última ordenanza de zonificación de Las Mercedes contempla una serie de ampliaciones de la calzada de varias de las principales calles de la urbanización a fin de paliar el tránsito de un área que ya es muy concurrida. Sin embargo, expertos indican que este tipo de modificaciones no son suficientes para responder a la demanda que generaría que las nuevas construcciones estén en completo funcionamiento y, además, aumentan la cantidad de superficie impermeable que impactaría directamente en la temperatura.
Con respecto a lo ocurrido en Las Mercedes y los cambios autorizados en las ordenanzas, Nathalie Naranjo, docente del Instituto de Urbanismo de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo y coordinadora del Postgrado en Transporte de la Universidad Central de Venezuela (UCV), explicó que al incrementarse la "densidad empleadora" (áreas que concentran empleo por oficinas, comercios de servicios, etc) se produce un cambio en la movilidad en general que implica la presencia de más personas caminando por la urbanización como mayor circulación de automóviles particulares, motocicletas, unidades de transporte público, incluso de vehículos de carga pesada.
Es una realidad verificada. Juan José Pocaterra, economista y especialista en ciudades inteligentes y desarrollo urbano, aseguró que en Las Mercedes se generan viajes en las denominadas "horas picos", de mayor tráfico y después del horario laboral cuando las personas van a recrearse en la urbanización. La dinámica, según Pocaterra, obliga a un replanteamiento de la movilidad en la zona que se adapte a la nueva realidad y a una infraestructura peatonal adecuada.
Naranjo recordó que la existencia de los estudios de impacto vial, que deben presentar los constructores antes de comenzar las obras de una edificación ante Ingeniería Municipal con otros recaudos, promueven las soluciones ante cualquier panorama. En este sentido, comentó que sobre la necesidad de evaluar los nuevos patrones de viajes, su origen y destino y la capacidad de las rutas existentes para cubrir la demanda de peatones y vehículos para determinar una posible ampliación de la cobertura horaria. “Se requerirán nuevas paradas o ampliación de las existentes, adecuación de la infraestructura de apoyo al pasajero: abrigos, información, pasos peatonales seguros, iluminación”, enumeró.
Pero también el incremento de movilidad motora ocasiona daños al ecosistema. Naranjo explica que a mayor circulación de vehículos, más emisiones de gases contaminantes se expulsan al ambiente. La proliferación de esas sustancias se agravan con el transporte público, pues el promedio de vida útil de las unidades existentes es alta y, por tanto, son más contaminantes. En paralelo, también incrementa el ruido en la zona.
Pocaterra asomó que en la urbanización se necesitan condiciones para el desplazamiento de los residentes y visitantes. “En comparación al resto de Caracas, Las Mercedes es fácil de caminar, es una zona plana y pequeña, tiene uso mixto. Se requiere estructura de aceras y seguridad ciudadana. Y pensar en equipamiento urbano, techos porque no hay suficiente canopy verde para proteger a los peatones ante condiciones ambientales”, aseguró.
En este sentido, Pocaterra propuso la implementación de un plan de micromovilidad que permita a los transeúntes desplazarse en monopatines y bicicletas y reducir la presencia de vehículos particulares en la urbanización. También consideró que debe mejorarse el transporte masivo superficial con la eliminación de las estaciones de transferencia en Las Mercedes y la puesta en marcha de una operación continúa del servicio debido a la poca capacidad espacial. "Se mueve mucha gente pero no se quiere que el vehículo esté estacionado un tiempo prolongado", dijo.
Además sugirió que se destine más espacios para estacionamientos porque Las Mercedes aún no cuenta con transporte multimodal. Con esto se refirió a una infraestructura colectiva masiva que evite tener un vehículo unitario con un solo pasajero. Si no se implementa esta política, opinó Pocaterra, habrá una sobredemanda de una infraestructura de servicios ya precaria, como el transporte público.
"Las inversiones inmobiliarias pueden ser reflejo de un círculo virtuoso que requiere ser canalizado de manera apropiada", recalcó Cuberos Mejía, y añadió que esto se puede lograr con movilidad sostenible, desarrollo de techos verdes, sistemas de recuperación de aguas de lluvia y la incorporación del poblador como parte de los desarrollos para que estas infraestructuras estén activas las 24 horas. "Quizás el asunto sería tratar de potenciar esas visiones, que estas edificaciones no sean a expensas del deterioro de otras áreas sino que capitalicen nuevos actores en el desarrollo urbano", concluyó.
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