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La circularidad como principio que dirige nuestras vidas parece atractiva, pero resulta abstracta para la mayoría de los ciudadanos, ya que es difícil de relacionar este principio con gran parte de nuestra realidad diaria.
En muchas ocasiones se percibe que la economía circular se centra en la creación de valor económico y en la innovación tecnológica, descuidando otros campos de acción social ya que parece que genera simplemente versiones sostenibles de las formas económicas existentes.
Si queremos transformar la manera de pensar y abandonar el adictivo modelo lineal en el que estamos inmersos, esto va a requerir algo más que cambiar enfoques y desarrollos técnicos.
Es fácil intuir que este cambio disruptivo va a implicar un profundo rediseño de las prácticas y de las estructuras sociales y de los patrones culturales, algo que va más allá de replantear las diferentes etapas de creación de valor, desde la extracción de materia prima hasta la reutilización y el reciclaje.
Dado que las propuestas actuales alrededor de la economía circular no hacen justicia al alcance del cambio social necesario, opinamos que es más apropiado hablar de una sociedad circular en lugar de una economía circular.
Si bien adopta plenamente los postulados de este concepto, una sociedad circular tiene un mayor alcance porque coloca a los humanos en el centro del escenario, creando así una visión de una sociedad sostenible, justa y resiliente que brinda bienestar social dentro de los límites planetarios.
Una sociedad circular mantiene en equilibrio la biosfera, la tecnosfera y la sociosfera
Así, la sociedad circular nos propone una transformación social y económica basada en los principios de la sostenibilidad, la eficiencia y la equidad, siendo una visión holística que busca armonizar el desarrollo humano con el respeto al medio ambiente y a los recursos naturales.
Al poner a la sociedad en el centro, los discursos sobre la sociedad circular podrían ayudar a romper con las interpretaciones de circularidad centradas en la economía y en el capital y expandir el imaginario hacia ciclos y consideraciones socioecológicas clave.
Por lo tanto, el término sociedad circular puede ayudarnos a reintegrar la actividad económica y circular dentro de un contexto socioecológico más amplio y así permitirnos considerar las implicaciones cruciales de cualquier estrategia circular en términos de cultura, medio ambiente, escasez de recursos, clase, género, raza, salud, educación, colonialismo, poder, tecnología, política, gobernanza …
La economía circular es una de las herramientas para lograr la sociedad circular, ayudando a eliminar los residuos y la obsolescencia, aprovechando al máximo el valor de los productos, los materiales y los recursos.
Recordemos que la transición a una economía circular implica un cambio de paradigma, desde una lógica lineal de producir, consumir y desechar, a una lógica circular de diseñar, fabricar, usar y regenerar.
La relación entre sociedad circular y economía circular es estrecha y bidireccional ya que, por un lado, la economía circular contribuye a la sociedad circular al generar beneficios ambientales, sociales y económicos, como la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), la creación de empleo verde, la innovación social y la inclusión.
Por otro lado, la sociedad circular impulsa la economía circular al generar una demanda de productos y servicios circulares, así como una cultura de consumo responsable y colaborativo.
La sociedad circular se relaciona con la economía circular, que es un modelo de producción y consumo que minimiza el uso de materias primas, el desperdicio y las emisiones
La economía circular se basa en el diseño sostenible de productos y servicios que sean duraderos, reparables, reutilizables y reciclables, así como en el aprovechamiento de los residuos como recursos.
La sociedad circular también se relaciona con la sociedad 5.0, que es un concepto surgido en Japón y que se refiere a una nueva etapa de desarrollo social basada en la innovación y en la tecnología.
La sociedad 5.0 busca resolver los problemas sociales y ambientales mediante la integración de las tecnológicas habilitadoras digitales (THD) con las necesidades humanas.
La circularidad no es un fin en sí misma, ya que su único propósito es sacar a la sociedad de los escenarios de crisis climática y de crisis de biodiversidad en los que se encuentra inmersa y llevarla a la armonía.
Las iniciativas asociadas implican fomento de la movilidad sostenible, la promoción de la bioeconomía, la educación ambiental y la cooperación internacional, lo que contribuye a una mayor eficiencia en la utilización de los recursos, lo que nos ayuda a minimizar el impacto de nuestras huellas.
Podemos decir para finalizar que, economía circular, sociedad 5.0 y sociedad circular son conceptos complementarios que nos invitan a repensar nuestro estilo de vida y de producción, para construir un futuro más sostenible y equitativo para todos.
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