Cómo construir un sector manufacturero más resiliente "poniendo la salud humana en el centro"

 


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  • Los efectos del cambio climático en la manufactura y las cadenas de suministro repercuten de forma adversa en la mano de obra del sector.
  • Desarrollar la métrica de "vulnerabilidad de la mano de obra" y hacer un seguimiento de la salud de los trabajadores será fundamental para mitigar los riesgos climáticos y gestionar y responder adecuadamente a esas exposiciones.
  • Las empresas y los responsables políticos pueden aplicar estrategias inteligentes de adaptación y mitigación del cambio climático que replanteen los modelos empresariales y las cadenas de suministro, incentiven, promuevan beneficios económicos y fomenten la colaboración.

El impacto del cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos en las cadenas de fabricación y suministro afecta directamente a la salud y el bienestar de la mano de obra del sector manufacturero. A medida que nos esforzamos por mejorar la resiliencia a largo plazo de nuestros sistemas e instituciones, debemos comprender los efectos del cambio climático en la salud de la mano de obra y garantizar la resiliencia de nuestros valiosos activos humanos de fabricación.

En este panorama dinámico, el acceso, el coste y la calidad de la asistencia sanitaria se enfrentan a importantes retos, lo que agrava las disparidades sanitarias entre las poblaciones infrarrepresentadas.

Un riesgo sanitario precario

Las diversas consecuencias del cambio climático para la salud, desde enfermedades crónicas como el asma y las dolencias cardiovasculares hasta problemas de salud mental, están bien documentadas. Estos riesgos para la salud se derivan de la exposición al calor extremo, las inclemencias meteorológicas y la disminución de la calidad del aire, los alimentos y el agua. El informe de The Lancet Countdown subraya la gravedad del cambio climático como la "mayor amenaza para la salud mundial" en el siglo XXI.

Esta amenaza se extiende directamente a la mano de obra del sector manufacturero, abarcando varios sectores e industrias. Por ejemplo, solo el calor extremo provocó una asombrosa pérdida de 295 000 millones de horas de trabajo en 2020. A medida que avance el cambio climático, se prevé que estos efectos se intensifiquen en frecuencia y gravedad.

Un reto financiero inminente

El Grupo de Trabajo sobre Divulgación de Información Financiera relacionada con el Clima (TCFD, por sus siglas en inglés) ha puesto de relieve las polifacéticas implicaciones financieras del cambio climático, desde los efectos sobre la salud y los daños a la infraestructura hasta las disrupciones económicas y la escasez de recursos. Además, la transición a una economía baja en carbono, sin una gestión cuidadosa, podría desencadenar disrupciones financieras adicionales.

La creciente demanda de información relacionada con el clima por parte de las instituciones financieras y los inversores pone de manifiesto el creciente reconocimiento del cambio climático como un riesgo financiero crítico. Por lo tanto, la integración de las consideraciones climáticas en las decisiones financieras es fundamental para garantizar la resiliencia de la economía mundial y el bienestar de los trabajadores.

Poblaciones vulnerables y el papel de la industria

Las causas profundas y los factores que impulsan el cambio climático y las desigualdades sanitarias suelen ser los mismos. Las comunidades vulnerables suelen llevarse la peor parte de los efectos adversos del cambio climático. Es el caso de muchos segmentos de la mano de obra del sector manufacturero, especialmente los que viven en zonas remotas con acceso limitado a la asistencia sanitaria. Incluso si las operaciones empresariales principales no están situadas en esas regiones, los proveedores sí suelen estarlo. Al evaluar los riesgos del cambio climático para las empresas, debemos reconsiderar las disposiciones sanitarias para los segmentos más vulnerables de la mano de obra.

Como dice Seema Wadhwa, Directora Ejecutiva de Gestión Medioambiental de Kaiser Permanente, "Al integrar los conocimientos de diversas partes interesadas, pueden desarrollarse estrategias globales para abordar la compleja intersección de la sostenibilidad, el cambio climático y la salud de los trabajadores, garantizando la inclusión y el impacto."

Salud de la mano de obra y resiliencia de la industria

Como los empleadores suelen proporcionar prestaciones sanitarias, las empresas influyen sustancialmente en la salud de la población. Por lo tanto, los líderes empresariales deben desarrollar de forma proactiva la resiliencia de la mano de obra frente a los efectos del clima sobre la salud. En EE. UU., los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) desarrollaron el marco "Creando resiliencia frente a los efectos del clima" (Building Resilience Against Climate Effects, BRACE), con el fin de proporcionar una hoja de ruta para la resiliencia de las comunidades ante los efectos adversos del clima sobre la salud.

Para navegar por este complejo panorama, las empresas pueden adoptar una combinación de estrategias:

  • Evaluar las vulnerabilidades de la mano de obra: Evaluar las vulnerabilidades de la mano de obra específicas de la industria y del puesto de trabajo frente a los peligros para la salud relacionados con el clima y desarrollar programas para promover la equidad y la resiliencia de la salud de la mano de obra.
  • Adaptar las políticas de salud laboral: Adaptar las políticas de seguridad, los equipos y los flujos de trabajo para mitigar el impacto del clima en la salud de los empleados; adoptar la automatización y la inteligencia artificial; cambiar los horarios de trabajo para evitar el calor extremo u otras condiciones peligrosas; y mejorar los equipos de seguridad.
  • Aprovechar la tecnología sanitaria avanzada: Aplicar estrategias sólidas e inclusivas que garanticen el acceso a una asistencia sanitaria de calidad para todos los empleados, independientemente de su ubicación, aprovechando la telesalud y otros servicios sanitarios virtuales y ampliando el acceso a programas de salud mental y reducción del estrés.
  • Educar para tomar decisiones informadas: Dotar a los trabajadores del sector manufacturero de de acceso a programas educativos que aumenten la concienciación sobre el impacto del cambio climático en su salud, los problemas de seguridad alimentaria inducidos por el cambio climático y la adopción de prácticas sostenibles, capacitándoles para tomar decisiones informadas y contribuir a mitigar los riesgos relacionados con el clima.
  • Seguimiento de la salud de la mano de obra: Desarrollar la vulnerabilidad de la mano de obra como una métrica supervisada, rastreada por su sensibilidad para mitigar los riesgos climáticos y su capacidad para gestionar y responder adecuadamente a esas exposiciones.

Stephanie Wright, Directora de Operaciones del Centro de Manufactura Avanzada de EE. UU., reflexiona: "Las exposiciones repetidas y los factores de estrés en determinadas poblaciones de trabajadores se acumulan con el tiempo y se convierten en problemas de salud física y mental. De ahí que las empresas deban desarrollar y adoptar métricas para hacer un seguimiento de la salud de los trabajadores."

Incorporación de iniciativas de política climática

Los responsables políticos desempeñan un papel fundamental en el fomento de la sostenibilidad, la resiliencia y el bienestar de los trabajadores.

  • Replantear cadenas de suministro y modelos empresariales: Promover la transición de las cadenas de suministro lineales, basadas en un flujo de valor directo del productor al consumidor, a ecosistemas ágiles, interconectados digitalmente, para estimular economías de escala del lado de la demanda y dar prioridad a los proveedores comprometidos con la industria sostenible. Digitalización de las cadenas de suministro para alimentar procesos fluidos y modelos empresariales innovadores, como la economía circular (mercados secundarios).
  • Impulsar el cambio mediante incentivos: Aprovechar incentivos como exenciones fiscales, subvenciones y programas de financiación para animar a los fabricantes a adoptar prácticas sostenibles, salvaguardando al mismo tiempo la salud y el bienestar de los trabajadores del sector.
  • Promover las ventajas económicas de la sostenibilidad: Hacer hincapié en las ventajas económicas de la industria sostenible puede animar a los responsables políticos y a los empresarios a dar prioridad a las prácticas sostenibles e incentivar la adopción de tecnologías ecológicas y la creación de empleos verdes.
  • Forjar asociaciones de colaboración: Fomentar asociaciones de colaboración entre empresas, proveedores sanitarios y organizaciones comunitarias para reducir el impacto ambiental, apoyando una transición hacia una manufactura sostenible y respetuosa con la salud.

"El camino hacia la sostenibilidad pasa por la salud humana", afirma Andrew Moose, jefe de salud y bienestar del Foro Económico Mundial. "Al situar la salud humana en el centro, podemos aumentar el nivel de compromiso de la sociedad e impulsar cambios políticos y soluciones de impacto".

Es fundamental integrar las iniciativas sobre clima y resiliencia para apoyar el trabajo de los servicios sanitarios estatales, locales, territoriales y tribales de todo el país.

Al situar la salud humana en el centro, podemos aumentar el nivel de compromiso de la sociedad e impulsar cambios políticos y soluciones de impacto.

— Andrew Moose, jefe de Salud y Bienestar, Foro Económico Mundial

Si damos prioridad a la salud y el bienestar de nuestra mano de obra, podremos construir un sector manufacturero más resistente y sostenible, capaz de soportar los retos que plantea el cambio climático.

https://es.weforum.org/agenda/2023/09/por-que-la-salud-humana-es-central-para-la-resiliencia-del-sector-manufacturero

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