Las casas pasivas, también conocidas como Passivhaus, son viviendas prácticamente capaces de funcionar sin aportaciones de energía exterior. Es decir, que casi no consumen calefacción o aire acondicionado para mantener la temperatura y el confort. Passivhaus es sostenibilidad, confort y ahorro. Pero por encima de todo, Passivhaus es calidad de vida.
Se combina con construcción bioclimática para la aportación o protección natural de energía solar en las diferentes estaciones, logrando un consumo de energía casi nulo. Las demandas energéticas se sitúan por debajo de 15 kWh/m2 año, gracias al grado de estanqueidad, el aislamiento del conjunto de la envolvente y evitando los escapes de energía incontrolados tratando al detalle los puentes térmicos. Por eso a las casas pasivas también se les suele conocer con el nombre de Nzeb (edificios de consumo energético casi nulo por sus siglas en inglés). Es un concepto que se aplica no sólo a las viviendas sino a todo tipo de edificios.
Los principios fundamentales para conseguir una vivienda de consumo casi nulo son la optimización de las ganancias solares con una correcta orientación, un gran aislamiento térmico en la envolvente, la ausencia o minimización de puentes térmicos en la construcción, carpinterías de altas prestaciones energéticas, la hermeticidad de la envolvente al paso del aire y sin olvidarnos de una ventilación mecánica controlada por un recuperador de calor.
La casa pasiva, para tener un aislamiento y un control de la estanqueidad que ya por sí misma garantizan que la casa ha sido construida con un estándar muy alto de calidad, lo que siempre es sinónimo de buen hacer.
Además de eso, y en consecuencia, ese gran aislamiento hace que la demanda de energía, y con ello el consumo posterior sea mínimo. Hablamos de aislamiento térmico pero lo mismo se traduce en un aislamiento acústico respecto al exterior de la vivienda. Además, ya que la construcción es estanca al aire y la ventilación es mecánica y el intercambio de interior – exterior se realiza de forma eficiente gracias al recuperador de calor, queda garantizado que el aire entrante en nuestra vivienda está filtrado, y por eso podemos decir que en una passivhaus la calidad del aire de nuestra vivienda es mejor que en una casa tradicional.
Al final, una casa pasiva no solo presenta beneficios por el ahorro energético y económico que supone, sino que también presenta beneficios en el confort y la calidad de vida de quienes la habitan.
Los 5 principios de las viviendas Passivhaus
Las viviendas pasivas están construidas bajo un modelo constructivo diferente, basado en 5 pilares básicos:
- Estanqueidad
- Aislamientos
- Cerramientos / Ventanas alto aislamiento
- Puentes térmicos
- Ventilación mecánica controlada.
Ya hemos hablado de los beneficios de una passivhaus hablando de demanda energética y consumo. Pero además de todo esto y por otro lado, el que la construcción sea estanca y que la ventilación sea mecánica por medio de un recuperado de calor, garantiza que el aire que entra en la vivienda esté filtrado, y por tanto pueda mejorar la calidad del aire de nuestra vivienda.
Además y relacionado con esta cuestión, para las personas alérgicas al polen, que el aire sea filtrado resulta fundamental y permite reducir al mínimo la exposición a los alérgenos dentro de la vivienda, que es donde pasamos mucho tiempo de nuestra vida, especialmente reposando y durante el tiempo de sueño.
Por otra parte, los filtro que posee el recuperador de aire, que hace que el aire que entra en la vivienda pasiva se encuentre ya filtrado, también reduce la cantidad de polvo que entra a nuestra casa. Por eso mismo también las personas alérgicas a los ácaros se verán beneficiadas por vivir en una casa pasiva.
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