En artículo anterior se afirmó que el término economía popular (EP) está referido a las actividades realizadas por el “conjunto de gente común y humilde de un lugar, región o país”, individualmente o a través de sus organizaciones. Acá se profundizará en el término.
Varios son los conceptos de EP. Presentarlos de manera simple puede conducir a tautologías, como en esta definición del Centro para la Gestión Tecnológica Popular (Cedep) y la siguiente de Coraggio, citado por Quijano, que la entienden respectivamente como: “…. Un espacio en el cual los sectores populares producen y comercializan una diversidad de bienes y servicios, donde se practican y consolidan relaciones sociales, justas y humanas con el fin de mejorar su calidad de vida, generar procesos y experiencias que les permitan valorarse como personas y como grupo social y fomentar la participación en grupos solidarios y cooperativos”; y como: “Conjunto de recursos, prácticas y relaciones económicas propia de los agentes económicos populares de una sociedad” […] “que utiliza la categoría “popular” como: “Unidades elementales de producción, reproducción (familia, cooperativas, comunidades, etc. ) que dependen fundamentalmente del ejercicio continuado de la capacidad de trabajo de sus miembros para resolver las condiciones materiales de su reproducción”.
Bajo la acepción adoptada de “pueblo”, puede aceptarse que la EP sea la economía de los trabajadores, sus familias y comunidades primarias. Prácticamente toda organización con raíces locales pertenece a una comunidad. Diferente sería que se entendiese que la EP es desarrollada de manera comunitaria, acá se estaría ante una afirmación difícil de comprobar pues en la EP existen numerosas expresiones individualistas propias del capitalismo.
En la lógica dominante en los practicantes de la EP puede afirmarse que ella es la del trabajo sobre intereses individuales si se tienen clientes; es decir, un mercado. De no tenerlos, el fracaso y la sustitución de una actividad por otra es frecuente; esa lógica sí puede ser la de acumular sin límites. Como se afirmó en el artículo anterior, variadas fórmulas capitalistas son utilizadas particularmente en operaciones de compra-venta, el tráfico de drogas es una de ellas.
A estas afirmaciones se agrega el dilema referido a la confusión entre EP y economía informal. Si bien actividades informales pueden ser realizadas por empresas o estratos poblacionales no pertenecientes al “sector de los humildes”, lo común es que “lo informal” se refiera a estos.
En cuanto a la EP propiamente, Quijano la define como “aquella que protagonizan los que no controlan los recursos principales de producción, ni los resortes del poder estatal, o los del mercado. Que se caracteriza por la variable combinación entre los patrones del capital y los de la reciprocidad, aunque probablemente con el predominio tendencial de los primeros” […] “esa sería una especificidad, sin duda. Pero difícilmente sería suficiente para admitir que se trata ya de una ‘economía alternativa’ a la del capital”.
Es de notar que esta definición de Quijano elude utilizar los términos “popular” y “pueblo” por lo que no cae en tautologías y, además, por descarte, define “pueblo” como “los que no controlan los recursos principales de producción, ni los resortes del poder estatal, o los del mercado”.
Adicionalmente, acepta que la EP sí contiene organizaciones con patrones de capital y de reciprocidad, lo que confirma que en esa economía se realizan numerosas actividades y es de precavidos no rendirle pleitesía y menos confundirla con la economía social.
Con base en lo afirmado, una definición operativa de EP debe partir de la definición de “pueblo”; la definición de “pueblo” subyacente en la definición de Quijano es acertada, considerándola, pudiera adoptarse la siguiente definición de EP:
“La economía popular comprende al conjunto de actividades realizadas por quienes no controlan los recursos principales de producción, ni los resortes del poder estatal, o los del mercado; ella se caracteriza por la variable combinación entre los patrones del capital y los de la reciprocidad con el predominio tendencial de los primeros”.
El debate continúa abierto. De cómo se defina economía popular dependerá: 1.- establecer el universo de los “actores populares; 2.- la población destinataria de determinadas políticas socio-económicas; 3.- las políticas y acciones que pudieran emprenderse y 4.- la efectividad de esas políticas y acciones.
Como se observa, las actividades de la EP, individuales o grupales, informales o no, son variadas e infinitas, y aunque pueden incluir bellas actividades de economía social y desarrollar el valor solidaridad, es decir merecer el calificativo de solidarias, numerosas son aberrantes.
https://talcualdigital.com/economia-popular-por-oscar-bastidas-delgado/
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