La transición energética es un concepto reciente, pero pudiera definir un fenómeno antiguo, ha habido transición energética cuando ha cambiado el combustible, por ejemplo de madera a carbón, y de este a petróleo, transformándose también las tecnologías vinculadas, como en el caso de motores de vapor a motores de combustión interna.
Pero también lo es, cuando un sistema económico, que depende de una o una serie de fuentes energéticas y sus respectivas tecnologías se transforma en otro.
En el artículo anterior vimos a grandes rasgos las tendencias actuales de este fenómeno, hoy comentaremos sus constructo teórico en función de la economía verde y el desarrollo sostenible.
¿Qué es la transición energética?
El concepto usualmente ha involucrado el período que transcurre desde la introducción de una nueva fuente de energía primaria, hasta que llega a ser una parte sustancial del mercado general energético, puede definirse como los “…cambios en la fuente de combustible para la producción de energía y las tecnologías utilizadas para explotar ese combustible”(Miller et al, 2015, citado en Sovacool, 2016) sin embargo, más recientemente, la noción ha tornado en la evolución hacia sociedades auto sostenibles energéticamente (Fornillo, 2016)
La transición energética y la economía verde
Al referirnos a economía verde, hablamos de una baja en carbono, y eficiente en el aprovechamiento de los recursos naturales,(SELA, 2012) concepto cada vez más reforzado por organizaciones como el PNUMA y la OCDE, fuertemente orientado al paradigma sostenible, y donde la transición energética juega un rol estelar por varias razones:
• Significa el remplazo de combustibles fósiles por energía más limpia y tecnologías bajas en carbono.
• Mitiga problemas ambientales, en particular el cambio climático.
• Genera una matriz energética más eficiente, con el mismo crecimiento y empleo que la economía marrón (actual, basada en combustibles fósiles), pero con externalidades y beneficios ambientales a mediano y largo plazo muy superiores.
• Promociona una matriz energética diversificada sosteniblemente en base a energías renovables no convencionales y accesibles a todos los actores sociales, previniendo conflictos socio ambientales energéticos.
¿Desarrollo sostenible sin transición energética?
La pregunta es comprometedora. Si bien, la transición energética no es sinónimo de economía verde, ni de desarrollo sostenible, sí es una variable fundamental, pues transversaliza las cuatro dimensiones de este último: la económica, la social, la ambiental y la político/institucional, por lo que, en el estricto sentido de la idea, si se pudiera avanzar, pero la realidad es que ese avance sería limitado, poco resiliente, y en definitiva, vulnerable a retrocesos, supuestos de mercado, y otras eventualidades.
Por eso, como ya apuntaban documentos como Back to Our Common Future (Le Blanc, 2012) es necesario el seguimiento del diagnóstico, los progresos y los escenarios del sistema energético nacional, mediante indicadores «estratégicos» de desarrollo sostenible, y estos no son otros que los derivados de la Agenda 2030.
¿Estás de acuerdo? ¿Piensas que es posible? ¿Improbable? ¿Necesario? ¿Debería la industria petrolera venezolana respaldar las energías más limpias? ¿Diversificamos? El debate está abierto, queremos conocer que piensas, escríbenos.
Por : Joel Campuzano y Felipe Campuzano
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