Durante los 20 años de revolución bolivariana se estima que se han “invertido” en el sector eléctrico venezolano unos 105 mil millones de dólares. Esto es equivalente a todo el PIB nominal de Ecuador durante el año 2019, el doble del PIB nominal de Uruguay en 2019 y 10 veces el PIB nominal de un país como Nicaragua. Según el Ingeniero José Aguilar, más del 65% de los 105.000 millones de USD parecen haber sido gastados después de decretada la emergencia eléctrica, en el año 2010. Es decir, antes de 2010 (durante el primer decenio de gobierno bolivariano) se habrían gastado unos 36.750 millones de dólares. Dicho así, es poco lo que podemos concluir al respecto, por lo tanto, conviene poner estas cifras en contexto. De acuerdo con los datos reportados por el gobierno venezolano a la organización de países exportadores de petróleo (OPEP), durante ese tiempo (primer decenio de gobierno bolivariano) Venezuela percibió 443.644 millones de dólares por concepto de exportación petrolera. En la figura, se muestran los ingresos brutos anuales por concepto de exportación de petróleo y derivados en Venezuela y el acumulado de ingresos hasta ese año. Por lo tanto, cabe decir que, en ese período, el país “invirtió” un 8,3% de todo su ingreso bruto en la “mejora” de la infraestructura eléctrica, esto es claramente una barbaridad, una “enorme inversión” (¿?). Pero las cosas se ponen aún más extrañas luego de la declaración de la emergencia eléctrica decretada por Hugo Chávez en 2010. A partir de ese momento, y hasta 2019, se “invirtieron” 68.250 millones de dólares en infraestructura eléctrica para mejorar la calidad del servicio eléctrico. Durante ese período, el país recibió ingresos por concepto de exportaciones petroleras y de derivados por un total de 528.600 millones de dólares. Por lo tanto, la inversión en el sector eléctrico de los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, en este segundo período “post-declaración de la crisis eléctrica” representó un 13% del total bruto de ingresos nacionales por concepto de exportación de petróleo y derivados, nuevamente una barbaridad, una cantidad suficiente para que Venezuela tuviera el mejor sistema eléctrico de América Latina con energías renovables, parques eólicos y huertas solares por todo el país.

El promedio anual de ingresos de la república bolivariana de Venezuela durante el período previo a la declaración de la emergencia eléctrica fue de 40.331 millones de dólares / año. Por lo tanto, cabe decir con claridad que durante el primer decenio de revolución bolivariana se gastó en infraestructura eléctrica el 92% del total de los ingresos brutos de un año promedio de exportación petrolera y de derivados, únicamente en infraestructura eléctrica! (actualmente inservible). Es decir, los venezolanos y venezolanas entregamos “generosamente” un año de producción petrolera únicamente a la inversión en mejora a la infraestructura eléctrica y hoy padecemos al peor sistema eléctrico de la Latinoamérica, que curiosa “revolución energética”. Pero la situación es aún peor luego de la declaración de emergencia eléctrica por parte de Hugo Chávez en 2010. Entre 2010 y 2018 los ingresos promedios anuales por exportación de petróleo y derivados ascendieron a 58.000 millones dólares / año. Al mismo tiempo, durante este período se gastaron 68.750 millones de dólares en infraestructura eléctrica. Es decir, los venezolanos y venezolanas regalamos un año y tres meses de producción petrolera para la mejora de la infraestructura eléctrica del país (durante el segundo decenio de gobierno bolivariano) y, sin embargo, hoy padecemos apagones diariamente. En total, de los 20 años de revolución bolivariana, 2 años de ingresos brutos petroleros y de derivados fueron gastados en infraestructura eléctrica, entiéndase bien, dos años de ingresos petroleros brutos completamente gastados en infraestructura eléctrica.

En 1999, el primer año de revolución bolivariana y primer año de gobierno de Hugo Chávez, el parque de generación eléctrica de Venezuela produjo un total de 80,6 TWh de electricidad, sin que hubiese mayores problemas técnicos ni racionamientos programados, en lo absoluto. 20 años y 105.000 millones de dólares después, el país produjo en 2019 entre 61 TWh y 83 TWh de energía eléctrica en todo el año (la cifra no la puedo decir con precisión porque los datos del sistema eléctrico venezolano están actualmente manejados como un “secreto de estado”). Es decir, en el mejor de casos se generó aproximadamente la misma energía que hace 20 años, aún cuando la población venezolana pasó de 24 millones de habitantes en el año 2000 hasta 32 millones en el 2019. Es decir, mientras la población venezolana se incrementó en un 33% entre 2000 y 2019, la energía “per capita” que se suministra a la población y economía venezolana podría haber caído en un 25% en 20 años. Para un 33% más de población la infraestructura eléctrica ahora es apenas capaz de suministrar un 75% de la energía que suministraba hace 20 años, esto es seguramente un caso único en la historia eléctrica de nuestro planeta, una historia sin precedentes en el mundo. El suministro eléctrico per cápita ha bajado de 3375 kWh/año hasta 1900 kWh/año, en 20 años. La disminución en la disponibilidad de energía eléctrica para consumo de los venezolanos cayó en un 45% luego de haberse invertido un 11% del total de los ingresos de la república bolivariana de Venezuela por concepto de exportaciones petroleras de 20 años en supuestas mejoras en infraestructura eléctrica y generación termoeléctrica para el país. Nuestro país ha sufrido un proceso de des-electrificación severa durante estos últimos 20 años que no se han debido a una desinversión, sino que además ha venido acompañada de un desfalco a la nación de alrededor de 105 mil millones de dólares, lo que significa un 11% del total de ingresos nacionales que sólo han servido para reducir la disponibilidad de energía para cada venezolano en más de 45%. Sobre las causas y el contexto tecnológico de esta debacle del sistema eléctrico venezolano hemos publicado un video en el canal de Soberanía Venezuela. Es un hecho insólito en la historia energética mundial, es inaudito, increíble y abismal el desfalco a la nación por concepto de infraestructura eléctrica. Los restantes hechos de corrupción palidecen al lado de las olímpicas magnitudes del robo a la nación a partir de la emergencia eléctrica decretada por Hugo Chávez en 2010, la proporción de los daños a la nación es casi inconmensurable. En la actualidad, solo nos queda proponer una salida sostenible para esta enorme crisis eléctrica nacional, una propuesta que actualmente está firmada por más de 2500 venezolan@s de todo el país y que le invitamos a firmar para apoyar una cambio radical en el manejo del sistema eléctrico y promover una solución verdaderamente sostenible a esta crisis. El cambio hacia la sostenibilidad es posible si tenemos el valor y coraje de dar los pasos duramente necesarios.


Comentarios