Para la mayoría de los habitantes de las ciudades, visitar una granja requiere desplazarse al campo, sin embargo, cada vez mayor de las capitales del mundo, las granjas se encuentran a unos cuantos metros en vertical ascendiendo en ascensor. En Singapur, Ámsterdam, Hong Kong, Tokio y Montreal, así como varias ciudades de Estados Unidos, las granjas se han construido encima de edificios de varios pisos.
Steven Peck, fundador y presidente de Green Roofs for Healthy Cities (Techos Verdes para Ciudades Saludables), afirma que a medida que los combustibles fósiles se vuelven más caros y el número de habitantes de las ciudades sigue aumentando, la agricultura urbana ayudará a alimentar a la población sin incrementar el costo y la contaminación del transporte de alimentos.
Es por ello por lo que uno de los movimientos que se están “contagiando” rápidamente es la creación de los huertos urbanos ecológicos. En ellos se fomenta el uso de técnicas orgánicas, evitando el uso de biocidas, recreando un ecosistema que se sostiene con la diversidad de los cultivos, la rotación de los mismos y el aporte de abonos orgánicos. Al mismo tiempo, genera un espacio en el que la familia, vecinos, o grupos afines, además de obtener resultados productivos, ofrecen un contenido educativo y reconstructivo, ayudando a fortalecer la integración, el trabajo en equipo y recuperar la autoestima, como así promover hábitos nutricionales saludables. Se tiende a lograr un sistema de producción continua en el que se aporta trabajo y conocimiento todo el año y se obtienen hortalizas frescas, frutas y hierbas aromáticas para el consumo diario.
Gracias a este tipo de mentalidades y nuevos movimientos, podemos disponer ya de ciertas especies y plantas con certificados “ecológicos” que garantizan que son plantas tratadas sin abonos ni pesticidas de síntesis química [aunque de momento su fin es el hortícola o huertos]
Uno de los proyectos más potentes, interesantes y sorprendentes que conjuga todos estos valores y características [vais a alucinar..!!] es una granja de producción orgánica en la azotea de un edificio de seis plantas del año 1919, ni más ni menos que en la ciudad de Nueva York!!
Brooklyn Grange, es un oasis de vegetales y producción ecológica en medio de una gran urbe de hormigón, en el que cultivan verduras para venderlos a personas y empresas locales. El objetivo es mejorar el acceso a la comida de calidad, conectar a la gente de la ciudad con las granjas y la producción de alimentos, y que la agricultura urbana se convierta en una empresa viable y sustento.
Aunque funciona como una empresa de propiedad y operación privada, Brooklyn Grange está orientada a la comunidad y al público. Los grupos escolares, familias y voluntarios son invitados a que la visiten, participen y aprendan. Es un espacio verde que contribuye a la salud general y la calidad de vida de la comunidad, uniendo a las personas a través de empresas verdes y alrededor de la buena mesa.
Después de una exitosa primera cosecha en 2010 y tras la venta de productos de temporada durante la primavera, los planes de los agricultores urbanitas crecieron continuando la producción de productos orgánicos incluyendo un gran número de variedades de tomates jugosos, pimientos, hinojo, lechuga, acelga, col rizada, frijoles de todo tipo y una gran variedad de hortalizas deliciosas como la remolacha, zanahorias y rábanos, así como un montón de aromáticas.
El proyecto es posible gracias a la pasión por la filosofía “de la granja a la mesa” de un grupo de restaurantes de cocina ecológica, un equipo de arquitectos Bromley Caldari, una empresa dedicada a la renovación y reutilización sostenible de espacios comerciales y un batallón de voluntarios que disfrutan de este “saludable” trabajo en sus ratos libres. Su objetivo es demostrar que la agricultura urbana es una empresa viable y que este tipo de iniciativas acorde a los nuevos medios de vida contribuyen a una economía sostenible y también a mejorar la salud de la ciudad. La cosecha está disponible para la venta en temporada todos los días, por lo que cualquier neoyorquino puede beneficiarse de ello.
Debido al gran éxito, Brooklyn Grange se ha expandido a una azotea en el Brooklyn Navy Yard e incluso han inaugurado su apiario comercial, que incluye un programa “Urban Training Apicultor” para educar a una pequeña clase de aspirantes a apicultores en el arte de la apicultura urbana.
«No hay nada más gratificante que sentarse al final de un buen día de trabajo con las manos, mirando la puesta de sol sobre una granja sana, productiva, y disfrutando de algunas verduras recién cortadas como un equipo», dijo Anastasia Cole Plakias , vice-presidente y socio fundadora de Brooklyn Grange.
Para que os hagáis una idea de la importancia que han adquirido estas granjas, ya han ayudado al gobierno de Estados Unidos cultivar plantas modificadas genéticamente en Texas para su uso en vacunas. También han sido utilizadas para ayudar a los residentes japoneses alrededor de Fukushima a encontrar maneras para cultivar de nuevo, ya que gran parte de sus tierras a la agricultura se perdió después de que se irradió a raíz del tsunami de 2011.
Nos encanta escuchar día tras día cómo crece sin parar la nueva conciencia verde, el desarrollo sostenible y las ganas de tener nuestros propios espacios verdes comestibles en la ciudad.
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