Cuando dar la lata es bueno... para el planeta

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Los anuncios en la calle pueden aparecer en muchos tipos de soportes, desde mobiliario urbano pasando por banderolas hasta las vallas publicitarias. En Toulouse (Francia) se han inventado el primer “soporte publicitario de la economía circular” y el padre de la criatura es una start-up francesa que con su nombre lo dice casi todo sobre ella misma: La Boucle verte (en español, ‘el círculo verde’). Charles Dauzet es el joven francés que creó esta empresa en 2017 recién licenciado de la Toulouse Business School.
Según cuentan en su web, la casi totalidad de las latas que son consumidas fuera de casa acaban incineradas o enterradas, en parte por la falta de recogida selectiva y también porque los restauradores no disponen de servicios adaptados para este caso. Y el mercado de las latas es enorme. Si se pusieran en fila todas las latas consumidas en Francia durante un año se conseguiría hacer un viaje ida y vuelta de la Tierra a la Luna, según datos de La Boîte Boisson.
La Boucle verte ofrece un contenedor específico para recuperar las latas y un servicio de recogida de los desechos y todo ello gratis tanto para restaurantes, bares y fast-food como pensado también para escuelas, universidades y centros de coworking. Todo ello gratis porque tanto el contenedor como el servicio de recogida – que se hace en bici- son ellos mismos soportes publicitarios. La publicidad, según reza en su web, que será habitual en el 2050.
A principios de año contaban con unos sesenta contenedores en el centro de la ciudad de Toulouse y reciclaban unas 60.000 latas al mes. Hasta el momento en total han recogido 300.000 latas. Por cada kilo de latas recicladas (aproximadamente unas 50) se consigue hasta 7 kg. menos de C02 enviados a la atmósfera; se ahorran 8 litros de agua y hay 12 kwh de electricidad no consumidos.


El nombre de círculo, como decía antes, no es gratuito. Se inscribe plenamente en la lógica de la economía circular. Los contenedores que se utilizan para recoger las latas están fabricados a partir de bidones de aceite reciclados. Y la iniciativa busca también reinvertir en la sociedad parte de los beneficios: por cada lata recogida se destina 0,01 € a los Restos du coeur (restaurantes del corazón, en español). ‘Restos du coeur’ es una asociación caritativa que se dedica a distribuir comida entre la población más desfavorecida en Francia.


Todas las latas recogidas son vendidas a un chatarrero para que sean recicladas. En sólo 60 días la lata puede ya tener una segunda vida, sea como una nueva lata sea como otro objeto. El aluminio puede reciclarse hasta el infinito y puede servir para fabricar, por ejemplo, el cuadro de una bicicleta (con 670 latas) o bien piezas de un automóvil (con 48.000 latas).
El promotor de La Boucle verte sueña con ir más allá de su iniciativa de las latas en Toulouse. De hecho aspira a crear más y nuevos conceptos de economía circular que resulten rentables y duplicables para acelerar la transición ecológica. Se trata, según su filosofía, de repensar la ciudad de la misma manera que actúa la naturaleza. Es decir, en la naturaleza lo que son desechos para unos se convierten en recursos para otros. En su mente está un día en el futuro conseguir hacerse cargo además de las latas, de las colillas, de las botellas de plástico y no sólo en Toulouse sino en toda Francia. En todo caso, si consigue hacer realidad su sueño, trabajo no le faltará.

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