La biodiversidad comprende los distintos tipos de vida que puedes encontrar en un área: la variedad de animales, plantas, hongos e incluso microorganismos como bacterias que conforman nuestro mundo natural. Cada una de estas especies y organismos trabajan conjuntamente en los ecosistemas -como una red- manteniendo el equilibrio y la vida. La biodiversidad sustenta todo lo que necesitamos para sobrevivir en la naturaleza, incluyendo agua potable, medicamentos, alimentos y seguridad.
Pero a medida que los humanos continuemos presionando cada vez más al planeta, utilizando y consumiendo más recursos que nunca, corremos el riesgo de alterar el equilibrio de los ecosistemas y perder la biodiversidad. El Informe Planeta Vivo 2018 de WWF señala que las poblaciones globales de mamíferos, peces, aves, reptiles y anfibios han disminuido 60%, en promedio, desde 1970. Esto significa que los seres humanos hemos sobreexplotado los océanos, arrasado con los bosques, contaminado las fuentes de agua y ocasionado una crisis climática. Estas acciones están impactando la biodiversidad en todo el mundo, desde los lugares más exóticos hasta los jardines de nuestros propios hogares.
Los centros de biodiversidad más importantes del mundo no son inmunes a la presión humana. Borneo, una enorme isla ubicada en el sureste de Asia, alberga más de 1,400 especies distintas de animales y al menos 15,000 especies de plantas. Animales emblemáticos como orangutanes, elefantes pigmeos, panteras nebulosas, rinocerontes y monos narigudos comparten el entorno entre los árboles tropicales más altos del mundo. También es posible encontrar más de 50 especies de plantas carnívoras que atrapan y se alimentan de insectos y animales pequeños. Incluso existen hasta 3,000 especies de orquídeas, ranas voladoras que cambian de color y babosas que disparan dardos a sus parejas.
Sin embargo, la vasta riqueza de recursos naturales de Borneo ha atraído no solo a los amantes de la naturaleza. Durante décadas, intereses internacionales de gran escala han influido para extraer árboles de madera dura, carbón, caucho, oro y diamantes así como otros metales y minerales de la isla. Los bosques están siendo arrasados para dar paso a rentables plantaciones de aceite de palma. Incluso las plantas y animales que hacen de Borneo un lugar tan especial son cazados, cosechados y vendidos en el mercado negro.
Toda esta presión está provocando que el paisaje cambie rápidamente, donde la naturaleza lucha por sobrevivir. El 30% de los bosques de Borneo ha desaparecido en solo 40 años. En los últimos 20 años hemos perdido la mitad de todos los orangutanes de Borneo, considerados en crítico peligro de extinción. Y la nepenthes rajah, la planta carnívora más grande conocida hasta el momento, está en peligro de extinguirse.
Estamos arrancando los hilos a la red de la biodiversidad la cual comienza a desbaratarse.
No obstante, una de las cosas más hermosas de la biodiversidad es la capacidad que tiene para recuperarse. Disminuyamos la presión, administremos bien los recursos, démosle tiempo y el ecosistema se adaptará. La naturaleza y la biodiversidad se recuperarán. Ese es exactamente el enfoque del trabajo de WWF en Borneo. Hemos identificado las amenazas y las estamos abordando: involucrando tanto a las comunidades locales como a los gobiernos locales e internacionales para crear áreas protegidas y poner fin a la deforestación ilegal; trabajando con las empresas para garantizar que el papel, la madera y los productos alimenticios que usan a diario se obtengan de manera responsable; y liderando los esfuerzos globales para frenar los delitos contra la vida silvestre.
Estamos utilizando estas mismas tácticas para combatir la pérdida de biodiversidad en todo el mundo: analizamos las peores amenazas y encontramos soluciones innovadoras. Para proteger la majestuosa fauna que todos admiramos debemos reconstruir la red de la biodiversidad que la respalda. Lograr esto es posible solo si reconsideramos la forma como utilizamos los recursos naturales, disminuyendo la presión y permitiendo que los ecosistemas se recuperen. Y durante este proceso toda la vida en sí se beneficia: plantas, insectos, peces, aves, mamíferos e incluso las personas.
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