Este documental disponible en Netflix se enfoca en la llamada “moda rápida” para mostrar cómo en la venta de ropa de grandes marcas lo que hay detrás, en muchos casos, es un sistema de producción que explota a las personas en países menos desarrollados y lesiona su dignidad.
Antes de comprar una camiseta, un pantalón o un vestido fíjese bien en la etiqueta. Mire de dónde viene y consulte si el almacén donde la compra realmente cumple con políticas internacionales de trabajo decente o de respeto por el medio ambiente. Quizás esa prenda que a usted le sale muy barata en precio tiene para otras personas un alto costo en dignidad, bienestar y hasta en vidas humanas.
El documental “The True Cost” (el verdadero costo) es una historia del vestido y la Moda. Y deja claro cómo muchas marcas globales de ropa y vestuario reducen el costo de las prendas para ser competitivos, a costa de la explotación de los recursos humanos y medio ambientales.
El director de este documental, Andrew Morgan, filmó en los más glamorosos barrios de la Moda y también en los lugares más pobres de países menos desarrollados. Además entrevistó a líderes mundiales de este campo como Stella McCartney y activistas como Livia Firth y Vandana Shiva.
La película es una crítica basada en hechos al sistema capitalista y al modo consumista del siglo XXI, que se refleja en un término muy usado en el mundo de la confección: “Moda rápida” (Fast fashion en inglés).
La Revolución Industrial inglesa, la substitución de los telares de la India, el ascenso del algodón estadounidense, son momentos y elementos claves para entender la configuración del mercado de las confecciones y la Moda, pero muy puntualmente, de la expansión de un modelo insaciable del lucro, que no tiene en cuenta los derechos humanos, laborales y menos el cuidado de los recursos naturales.
The True Cost también deja claro que detrás de las confecciones en países menos desarrollados, por lo menos el 85 % de las personas que trabaja en las fábricas son mujeres y en la mayoría de los casos niñas. La vulneración de los derechos de las mujeres es evidente en este filme.
Adicionalmente, Morgan usa casos emblemáticos para hacer visibles otras vulneraciones de derechos: el incendio en la planta de Ranna, en Bangladesh; las prácticas clandestinas en China o los disturbios en Camboya, que terminaron con personas muertas solo por reivindicar su derecho a un salario mínimo y digno, son ejemplos que se mezclan con las imágenes de desfiles ampulosos y de Prêt-à-porter en las ciudades más refinadas.
No hay duda que el documental nos pone a pensar en quién paga realmente el precio final de la ropa. Y queda claro que no son las grandes multinacionales y empresas de la moda ni mucho menos nosotros, los commpradores.
Invitados a ver The True Cost, la cinta recomendada este sábado en “Netflix para salvar el planeta”. Quizás luego de verla, si mira la etiqueta e investiga en Internet antes de hacer una compra, hará un enorme beneficio al medio ambiente, pero sobre todo a la dignidad humana.
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