Revolucionó la educación de Perú y ahora llega a Uruguay


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Cuando Jaime Saavedra fue censurado y tuvo que renunciar al Ministerio de Educación de Perú, el periódico británico The Economist tituló: "Un pequeño acto de suicidio en Perú". El país andino dejaba ir, por presión de la derecha fujimorista, al artífice de la revolución educativa más significativa que tuvo la región en dos décadas.
Los números lo explican todo. Bajo su gestión, el presupuesto educativo de Perú pasó del 2,8% del PIB al 3,9%. El retraso escolar se redujo a la mitad. Y su país logró, en comparación con América Latina, el crecimiento más grande en los resultados de las últimas pruebas PISA.
Y aun así Saavedra no se conforma. Este hombre de aspecto bonachón y lentes de intelectual, economista y hoy director senior de Educación del Banco Mundial, dice que apenas se han escalado los primeros 1.000 metros de una montaña que tiene 8.000.
En Matemáticas, una de las asignaturas que según Saavedra el sistema puede medir más fácilmente, solo uno de cada tres niños peruanos consigue un desempeño adecuado. "Cuando se observa cómo se estaba antes y como se ve el gráfico ahora, parece lindo", reconoce. Pero cuando se hace zoom en la posición actual, "sigue siendo una tragedia". Todo es cuestión de escala.
Quizás por eso —o por hobby, o por el niño que lleva adentro y nunca dejó ir— Saavedra guarda dos baúles repletos de piezas de Lego. La educación, según él la entiende, es una construcción de ladrillos de distintos tamaños, de distintos colores, de distintas habilidades y conocimientos, pero que necesita de los mejores bloques para lograr que la obra soporte la tormenta. Al respecto disertará en la mañana del 7 de setiembre en Montevideo.
¿Qué ha hecho Perú para lograr su revolución en la enseñanza? Apostó unas fichas a mejorar el desarrollo de la primera infancia y la alimentación de los más pequeños. Incrementó la inversión en los centros educativos y en los salarios docentes. Afianzó una guía de evaluación de aprendizajes, que tiene carácter nacional y que es más relevante para las políticas que lo que mide PISA. Y, la "pieza clave" de este Lego, se hizo una "reforma magisterial, en públicos y privados, que introdujo la meritocracia".
Es sencillo: los mejores docentes serán los más privilegiados. Antes, Perú tenía un sistema de elección de profesores muy similar al uruguayo: los de mayor antigüedad se favorecían aun cuando no fueran los de mejor desempeño. Ahora, explica el jerarca del Banco Mundial, hasta los directores de los centros públicos pueden seleccionar a sus docentes en base a la calidad.
Pobreza: el economista peruano dice que la educación es la clave para romper con la desigualdad. Foto: Banco Mundial
Cuando sus hijas ingresaron a la escuela, mucho antes de que ocupase un cargo relacionado a la educación, el entonces economista Saavedra le formuló a la directora unas "80 preguntas". Pero hubo una que destaca sobre el resto: "¿Cómo elige usted a sus maestros?".
Es que "el rol del maestro no es dictar clases y punto; sino asegurarse que todos los niños aprendan", dice Saavedra y hace énfasis en "todos". Es que antes de ser ministro Educación de su país —el único que Pedro Pablo Kuczynski mantuvo del gabinete de Ollanta Humalla— Saavedra estuvo dedicado a la reducción de la pobreza desde el Banco Mundial. Allí aprendió, aunque suene trillado, que si el cargador tiene una sola bala para combatir la desigualdad, esa bala "se llama educación".
Pese a que Uruguay "tiene menos desigualdad que Perú y que la mayoría de los países del continente", el país está inmerso "en la región más desigual del mundo". Y esa es la prueba más fehaciente de que "se necesita un cambio" educativo.
—¿Para qué?
—Por un tema de desarrollo, para que los jóvenes obtengan las competencias que necesita el mercado de trabajo y, sobre todo, para construir ciudadanos solidarios y perseverantes.
Porque "si hay una certeza" en tiempos de automatización y cuarta revolución industrial, esa "es la incertidumbre".

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Hay algo que Jaime Saavedra no se olvida en sus viajes. Algo que no entra en un neceser ni se arruga en una valija. Cada vez que el director senior de Educación del Banco Mundial visita un país siente la obligación de conocer al menos una escuela. Es una práctica que comenzó cuando era ministro de Educación en Perú. "Los primeros meses", reconoce, "había fallado en la estrategia". Es que el jerarca avisaba antes de llegar al centro educativo. Luego notó que eso era "un circo" y prefirió "caer de sorpresa". Eso es lo que hará en Uruguay, aprovechando que será uno de los panelistas de "La reforma educativa: lo que hemos aprendido, lo que falta imaginar". La conferencia tendrá lugar en el Sofitel Montevideo Casino Carrasco, el próximo viernes a las 9:30 horas. Saavedra compartirá la mesa con el director de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, Gabriel Sánchez Zinny; la académica Adriana Aristimuño y Renato Opertti de Unesco. Este encuentro —que es abierto a todo público en forma gratuita— se inscribe en los festejos del centenario del diario El País y procura instalar un espacio de reflexión sobre los temas que importan.

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