chernandez@eluniversal.com
Una experiencia enriquecedora y divertida fue recorrer las calles de nuestra extraordinaria capital en bicicleta mientras sentíamos el calorcito de los rayos del sol en el rostro. Lo que muchos podrían calificar como un paseo dominical, se convirtió en aprendizaje cuando conocimos más de Caracas, de la mano del guía turístico Rodrigo Capriles, quien en cada parada nos relataba a un grupo de ciclistas la historia y esas anécdotas que muchos desconocen sobre la vida en la "ciudad de los techos rojos".
Biciturismo urbano, la ruta del chocolate en Caracas, es uno de los proyectos de la asociación civil, "Una Sampablera por Caracas", dedicada a promover actividades a favor de una ciudad más compacta, más humana y sostenible. Desde el año 2011, lo que comenzó como un colectivo integrado por un grupo de voluntarios, ha crecido en su afán de colaborar con los caraqueños para que se instruyan sobre su ciudad, organizando hasta diez biciturismos y seis tertulias anualmente, "en los biciturismos tratamos de promover el uso de las bicicletas como un medio de transporte, no para pasear o para movilizarse al lugar de trabajo, sino también para reconectarnos y reconocer lugares históricos patrimoniales de Caracas", indicó Nelson De Freitas, fundador de la asociación civil.
Esta actividad, realizada con el apoyo de la organización Bici Aventura arrancó en el Bulevar de Sabana Grande, cerca del edificio Radio City, ícono de los años sesenta, recordado por los importantes eventos que se realizaban en ese escenario. Tomamos la ciclovía con dirección al centro de la ciudad, así que transitamos por un lado de Plaza Venezuela, para pasar cerca de esas gigantescas obras de arte cinético de Alejandro Otero, Abra Solar, y de Carlos Cruz Diez, Fisicromía Cóncavoconvexa, para luego bordear el parque Los Caobos, con su verdor y sus fuentes. Continuamos por la avenida Bolívar, dejando de lado al teatro Teresa Carreño, para levantar la mirada y observar atónitos lo que fueron las torres más altas de concreto del mundo durante 21 años, Parque Central, desde allí se ve cómo el Palacio de Justicia se levanta imponente al final de la amplia vía.
Al llegar al casco histórico, Rodrigo Capriles nos habló sobre las edificaciones que se encuentran en esta zona de Caracas, mientras relataba la historia y contaba las anécdotas que rondan las esquinas del centro. Algunos de esos lugares son el Museo Bolivariano, La Casa Natal del Libertador, La Plaza Bolívar, el Consejo Municipal, el Arzobispado, La Catedral, La Plaza San Jacinto, donde Bolívar expresó aquellas palabras, después del terremoto de 1812, "si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca". "La ruta más solicitada es el centro de Caracas, porque aquí se concentra buena parte del patrimonio de la ciudad, aquí se consiguen los principales centros de interés, cultural y políticos. Hay sitios muy emblemáticos para explicar la historia de Venezuela", destacó Capriles.
La segunda parada fue en el Bulevar Amador Bendayán, en Santa Rosa, donde están la Mezquita y la iglesia Santa Rosa de Lima. Allí nos detuvimos frente al Centro Nacional de Acción Social por la Música. Capriles nos recordó que la esfera amarilla en su fachada es del artista plástico Jesús Soto, al igual que sus butacas, piso y telón decorados con el arte cinético de Cruz Diez, "el maestro Abreu quería transformar la visión del conservatorio, un lugar no solo donde los músicos se inspiran, sino que es un lugar de intercambio. En este espacio se materializan diferentes manifestaciones de artes escénicas".
La llegada del recorrido fue en la iglesia Nuestra Señora de La Chiquinquirá en La Florida. El fraile Luis Salazar tomó la palabra para explicar cada rincón del templo, desde las escalinatas que han sido usadas, no solo como escenario para fotografiar importantes eventos, sino para grabar vídeos, hasta la descripción de los arcos de las puertas donde están esculpidas imágenes de santos y vírgenes, al igual que su techo decorado con frescos de la vida de Jesús.
Cata de Chocolate Sander
Degustar el sabor único del chocolate venezolano, elaborado por manos expertas como las del maestro Sander Koenen, un estudioso de los productos de nuestra tierra, fue la actividad de cierre. Un final de lujo acompañado de temas musicales, interpretados armoniosamente por el cuarteto de cuerdas, grupo Ébano Musical. Koenen señaló que Venezuela tiene 25 tipos de cacao, "el cacao venezolano es como una llanera con personalidad, difícil de domar".
Beatnhey Rondón, participante, destacó que con esta iniciativa se siente más ciudadana, "es un estímulo para apropiarte más de los espacios que naturalmente no son recorridos por rutina, porque quizá tu movimiento laboral se desplaza hacia otras zonas y dejas de recorrer aquellos lugares que te conectan más allá con la urbe, que son estos íconos patrimoniales".
Comentarios
Publicar un comentario