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A Elías Sayegh.
Como hemos visto en los artículos de MiradorSalud sobre pérdidas y desperdicios de alimentos (PDA), cuando casi 1/3 de los alimentos producidos en el mundo se pierden por razones diversas, el hambre podría llegar a ser en algunos casos un problema de logística (aunque suene sorprendente). Los Bancos de Alimentos pueden ser parte de una interesante y planificada solución al problema del hambre y las PDA y su carga social, ambiental y económica.
“Dios confió al hombre y a la mujer el cultivo y cuidado de la tierra, para que todos pudieran habitar en ella, pero el egoísmo y la ‘cultura del descarte’ han conducido a desechar a las personas más débiles y necesitadas”…”Más aún, en muchas partes del mundo, no obstante el hambre y la desnutrición existentes, se desechan los alimentos… Cuando la comida se comparte de modo justo, nadie carece de lo necesario. Los alimentos que se tiran a la basura son alimentos que se roban de la mesa del pobre, del que tiene hambre. La ecología humana y la ecología medioambiental son inseparables.”
¿Qué son los bancos de alimentos?
Los bancos de alimentos (BdA) son organizaciones que captan alimentos excedentes y los entregan a las personas que más los necesitan, involucrando a todos los sectores de la sociedad en el proceso: gobiernos, empresas y sociedad civil, rescatando alimentos aptos para el consumo humano que por algún problema de empacado, etiquetado, corta fecha de vencimiento, estacionalidad, perecibilidad, criterios cosméticos, poco éxito en el mercado, etc., ya no se pueden comercializar.
Con procedimientos muy bien cuidados, los BdA almacenan los productos, los clasifican y los distribuyen entre organizaciones comunitarias, garantizando la trazabilidad. De esta manera se devuelve un valor social a alimentos que iban a ser desechados.
Los BdA reciben alimentos donados – que serían desperdiciados de otra manera – procedentes de granjas, productores, empresas de alimentos, supermercados, distribuidores, productores frutihortícolas, mercados de frutas y hortalizas, distribuidores, tiendas minoristas, consumidores y otras fuentes, poniéndolos a disposición de aquellos que los necesitan a través de una red establecida de agencias comunitarias, como los programas de alimentación escolar, comedores comunitarios, centros para personas con enfermedades crónicas, clínicas de rehabilitación por abuso de sustancias, programas para el cuidado de niños sin hogar, de ancianos, y otros programas sin fines de lucro que ofrecen alimentos a aquellos que padecen de hambre.
Los BdA deben sin embargo, contar con la logística requerida para la consecución, recepción, almacenamiento, separación, clasificación, conservación y distribución de los alimentos recibidos en donación; adicionalmente deben cumplir los procesos misionales de gestión de donantes, productos, beneficiarios y sus estándares de calidad relacionados con las Buenas Prácticas de Manufactura y operación orientada al rescate de alimentos, e idealmente deben estar certificados por The Global FoodBanking Network (GFB) que asocia a los BdA.
Para tener una idea de la magnitud del trabajo de GFB basta decir que opera en 32 países, conecta a 794 BdA, distribuye 940 millones de libras de alimentos (426 millones de kilos), y atiende a 7,1 millones de personas.
La GFN se asocia con líderes locales para establecer operaciones de bancos de alimentos en comunidades y países donde antes no existían. Desde el año 2006, GFN ha apoyado la creación de organizaciones de bancos de alimentos en 15 países.
Para garantizar que se contribuya significativamente a la creación de nuevos bancos de alimentos y brindarles apoyo, GFN acepta una cantidad limitada de organizaciones de bancos de alimentos en su programa de Proyectos Emergentes.
Existen otra redes: Feeding América: Red de Bancos de Alimentos de Estados Unidos, y FEBA: Federación Europea de Bancos de Alimentos.
Bancos de alimentos en varios países
Recomendamos visitar la página de la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia (ABACO). Se sorprenderá al conocer que en Colombia existen 19 bancos de alimentos. Una noticia del 21 de marzo de 2018reseña que solamente el Banco de Alimentos de la Arquidiócesis de Bogotá benefició durante 2017 a más de 300 mil personas.
Igualmente, en una nota de prensa del 17 de marzo de 2018, el Banco de Alimentos de El Salvador informó que ha logrado rescatar y redirigir más de 843.000 libras de productos alimenticios hacia comunidades e instituciones en situación de precariedad en el país, desde su fundación hace cinco años.
Resulta gratamente sorprendente conocer el proyecto exitosamente en marcha del Banco de Alimentos de Cáritas de Nicaragua, que de acuerdo a su declaración de principios, su función es recolectar alimentos y productos de las diferentes empresas con alto sentido en Responsabilidad Social Empresarial, que después de un proceso de selección, clasificación y recuperación, son distribuidos de manera organizada y digna entre instituciones sociales, parroquias, comedores de niños, comedores de ancianos, hospitales, clínicas, personas de escasos recursos económicos desempleados y madres solteras. Los invitamos a ver su explicativo video.
En México, por ejemplo, la Asociación Mexicana de Bancos de Alimentos (BAMX) es la segunda red de bancos más grande del mundo, ya que une a más de 60 bancos de alimentos de todo el país. En 2012 rescató en total casi 116 mil toneladas de alimento para apoyar a 1.200.000 beneficiarios constantes. Se encarga de representar a los bancos de la red, gestionar donativos y políticas federales, intercambios entre bancos, etc. Hace estudios socioeconómicos para decidir qué personas serán beneficiarias. Dependiendo de la comunidad, la entrega puede ser semanal o quincenal, procurando que haya variedad entre frutas, granos, enlatados, etc. Las familias no reciben los alimentos de forma gratuita, sino que se les solicita una cuota de recuperación que no excede del 10% del valor comercial. Esto permite que los bancos sean auto-sostenibles y fortalece el sentido de la dignidad de las personas beneficiadas.
En Argentina funciona la Red Argentina de Bancos de Alimentos, (RABdA), asociación civil sin fines de lucro que agrupa a 15 BdA, 2 BdA en formación, 2 organizaciones adherentes y 1 iniciativa de BdA, distribuidos en 9 provincias del país.
Entre los BdA que agrupa está, por ejemplo, el Banco de Alimentos de Buenos Aires que nació en el año 2000, y a raíz de la crisis socioeconómica en Argentina, como iniciativa de un grupo de personas preocupadas por la situación que atravesaba el país y el permanente desperdicio de alimentos que se registraba a diario. La RABdA fue creada en 2003 como una iniciativa de los propios BdA para potenciar el trabajo conjunto, acompañar su desarrollo, fomentar la creación de nuevos BdA y favorecer alianzas estratégicas que contribuyan a la construcción de una Argentina “bien nutrida y sin hambre”.
En el año 1996, los Bancos de Alimentos de España constituyeron la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL), que en la actualidad, reúne a 56 Bancos de Alimentos, uno al menos en cada provincia del territorio nacional. Los alimentos que recibe proceden de particulares que donan en las recogidas y “operaciones kilo” que se celebran periódicamente en tiendas y grandes superficies. No obstante, el grueso mayor de las donaciones es a través de acuerdos y convenios que se suscriben con organismos públicos y privados, así como con todo tipo de empresas. Los españoles donaron más de 21 millones de kilos de alimentos en la Gran Recogida 2017.
¿Y la polìtica?
Como todo, los BdA no están ajenos a temas políticos. En Argentina se promulgó en 2004, la Ley para el “Régimen especial para la donación de alimentos en Buen Estado” (Ley 25.989), que tiene por objeto la creación de un Régimen Especial que se propone contribuir a la satisfacción de las necesidades alimentarias de la población económicamente más vulnerable. Según la Ley, podrán ser objeto de donación aquellos productos alimenticios que cumplan con los requisitos bromatológicos y de inocuidad contenidos en el Código Alimentario Argentino.
Esta Ley nunca llegó a implementarse porque al año siguiente fue vetado el Artículo 9, el cual resultaba muy conveniente para las donaciones, pues deslinda de responsabilidad a los donantes por los daños y perjuicios que pudieran producirse, siempre y cuando la donación se hubiese efectuado de buena fe, sin ocultarse vicios de la cosa y contando los alimentos con los controles bromatológicos estipulados por la ley vigente. El 8 de noviembre de 2017, la suspensión de la sesión de Diputados dejó en evidencia la falta de acuerdo político sobre la donación de alimentos. Desde el 19 de febrero de 2018, RABdA está difundiendo una campaña de firmas para la reincorporación del Art. 9 a la Ley, e insta a los legisladores a actuar.
En otro lugar del mundo, tal como ha sido registrado en la prensa mundial una decisión de un BdeA alemán, ha generado un debate público en Alemania, donde el aumento de la pobreza no sólo se nota en calles, sino que también se ha instalado en la agenda política. El presidente federal, Frank-Walter Steinmeier, incluso citó el banco de alimentos de la discordia en su discurso durante el nombramiento del nuevo gobierno de Gran Coalición de la canciller Merkel: “La creciente polarización en la mayoría de sociedades europeas, pero también en la nuestra, salta a la vista. Una polarización que no sólo se refleja en el banco de alimentos de Essen, sino en todo el país”. ¿Qué sucedió en el BdA de Essen? Pues que se tomó la decisión que para ser admitido como beneficiario es necesario presentar un documento de identidad o pasaporte alemán. Numerosos BdA y asociaciones benéficas de otros estados alemanes han criticado esta exigencia de admisión, pues según según los principios nacionales, la ayuda alimentaria que proveen estos centros está destinada a todos aquellos que la necesiten.
Colofón
Tal como lo dijimos en un artículo anterior: En Venezuela no se han estimado las PDA como en tantos otros países. Estas son iniciativas de estado, y al parecer, aquí no es importante. Diversas acciones en la región avanzan hacia la reducción de PDA como la “Estrategia Regional de Reducción de PDA en América Latina y el Caribe” coordinada por FAO. La “Estrategia” se alinea con el “Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre de CELAC 2025” y los nuevos “Objetivos de Desarrollo Sostenible”. Venezuela no participa activamente. En la actualidad hay cerca de 19 proyectos de ley relativos a las PDA que están siendo debatidos en los parlamentos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Perú y Uruguay.
En Venezuela no hay bancos de alimentos. Mucho menos proyectos de ley de donación.
Nunca una ocasión más propicia para pensar en crearlos habiendo tanta necesidad y hambre en nuestro país.
María Soledad Tapia
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