Recuperar la confianza de los ciudadanos de América Latina en las instituciones es fundamental para crecer

El rápido crecimiento de la clase media en América Latina, que alcanzó un nivel de 35,4% de la población en 2016 (1 de cada 3 latinoamericanos, frente a 1 de cada 5 latinoamericanos en 2001) ha traído consigo un aumento de las aspiraciones y exigencias ciudadanas que hay que satisfacer.
La situación actual es de descontento social, con tres de cada cuatro ciudadanos de América Latina con poca o ninguna confianza en sus gobiernos. Y un 80% cree que la corrupción está extendida en las instituciones públicas. Estas cifras se han deteriorado desde niveles del 55% y 67% en 2010, respectivamente.
Recuperar la confianza de los ciudadanos y reconectar la sociedad e instituciones públicas reforzaría la cohesión social y el contrato social. Los avances institucionales en la región en los últimos años son indudables, pero menos rápidos que las demandas y aspiraciones, lo que genera una menor voluntad social para pagar impuestos (la moral tributaria), de tal manera que en 2016 un 52% de latinoamericanos justificaban no cumplir con sus obligaciones tributarias. Esto sitúa a la región ante una trampa de la gobernabilidad, por la cual la desconexión entre instituciones y la sociedad deteriora la voluntad de pagar impuestos, erosionando así la capacidad de recaudar recursos que son fundamentales para financiar bienes y servicios públicos de calidad que permitan reconstruir el contrato social.
Esta trampa de la gobernabilidad forma parte de las nuevas trampas del desarrollo que está enfrentando América Latina a medida que avanza en sus niveles de ingreso, que revelan que la región se encuentra en un proceso de desarrollo en transición. En particular, América Latina también se encuentra ante el desafío de elevar sus bajos niveles de productividad (trampa del ingreso medio) y de reducir las brechas de desigualdad y el riesgo de caer de nuevo en la pobreza, que afectan particularmente a la nueva clase media (trampa de la vulnerabilidad). Así, es necesario entender el desarrollo en un sentido amplio, desarrollando nuevas métricas para capturar y evaluar los avances en las múltiples dimensiones del bienestar, y favoreciendo nuevas formas de cooperación que permitan enfrentar la complejidad actual de los desafíos de desarrollo, tales como la cooperación Sur-Sur o la cooperación triangular.
Perspectivas Económicas de América Latina 2018 “Repensando las Instituciones para el Desarrollo” plantea que es necesario reconectar a las instituciones con los ciudadanos, respondiendo de mejor manera a sus demandas y aspiraciones, para fortalecer un modelo de crecimiento inclusivo y sostenible en América Latina y el Caribe (ALC). La región debe avanzar hacia instituciones más confiables, más capaces, más abiertas y más innovadoras para continuar con una senda de mayor desarrollo inclusivo. El contexto de recuperación macroeconómica y el ciclo político de elecciones en la región abren una ventana de oportunidad para llevar a cabo reformas encaminadas en esta dirección.
El informe fue presentado hoy en la sede de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), en Madrid, por Federico Bonaglia, Director Adjunto del Centro de Desarrollo, OCDE; Guillermo Fernández de Soto, Director Corporativo para Europa, CAF – banco de desarrollo de América Latina y Rebeca Grynspan, Secretaria General Iberoamericana.

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