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El anuncio de la Administración Trump en febrero sobre los nuevos aranceles a la importación de acero y aluminio por motivos de seguridad nacional, incluidas las importaciones de aliados como los países de la UE, ha preparado el escenario para el aumento de las tensiones comerciales. La UE recientemente impuso aranceles de represalia en productos que van desde el whisky bourbon a las motocicletas. El presidente de los Estados Unidos respondió con un tweet que amenazaba con un arancel del 20 % a la importación de autos y autopartes, y dijo a los fabricantes: "¡Fabríquenlos aquí!"
Varias empresas con sede en los Estados Unidos han expresado su preocupación por las interrupciones en la cadena de suministro debido a las guerras comerciales. Harley Davidson declaró que llevaría la producción dirigida al mercado de la UE fuera de los EE. UU. para evitar la carga arancelaria adicional, lo que ejemplifica las consecuencias involuntarias de esta estrategia.
A principios de este mes, EE. UU. anunció un arancel del 25 % sobre las importaciones chinas de alrededor de 50 mil millones de dólares con el argumento de que utilizan la propiedad intelectual obtenida de firmas estadounidenses a través de transferencias forzosas de tecnología o robo. El plan Made in China 2025 se identificó y analizó en el informe. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo estimaque, al igual que China, más de 100 países tienen estrategias formales de política industrial, muchas de las cuales implican unirse y beneficiarse de las cadenas mundiales de valor (CMV). Las guerras arancelarias socavan los modelos de crecimiento que dependen de los beneficios y las eficiencias de la globalización.
Preguntamos a expertos en políticas y líderes empresariales: ¿cómo pueden los países realmente cosechar los beneficios económicos y sociales de las cadenas mundiales de valor al tiempo que evitan la desigualdad y el daño ambiental?
No ignorar los servicios: Gran parte de las conversaciones recientes sobre los déficits comerciales bilaterales han pasado por alto la importancia de los servicios para las economías mundiales y nacionales. Los factores que afectan la competitividad de los servicios se han vuelto importantes para el crecimiento económico y el desarrollo en general. La inversión en capital humano, infraestructura digital (incluida la banda ancha móvil confiable), normativa nacional eficiente y flexible, y la conexión con los mercados internacionales (incluido el flujo abierto de datos a través de las fronteras, la facilitación de los visados y los acuerdos de reconocimiento mutuo) son fundamentales. El sector de servicios tiene dimensiones de inclusión enormes: es más importante que las pymes en el sector de bienes, y tiene más mujeres trabajadoras, propietarias y gerentes.
Cooperar en la política de competencia: Diversas prácticas anticompetitivas de las empresas impiden el funcionamiento eficiente de las cadenas de valor. En la actualidad, hay más de 100 jurisdicciones que gestionan la ley de competencia. En ausencia de reglas globales de competencia, cada jurisdicción aplica su propio sistema. Las empresas pueden encontrarse enfrentando decisiones conflictivas de diferentes autoridades con respecto a la misma fusión u otra actividad. Esto lleva a que se aplique la decisión más intervencionista de una economía importante. En el caso de los productos digitales, los problemas de jurisdicción y cumplimiento son aún más desafiantes. Una mayor cooperación entre agencias mejoraría la claridad y reduciría las brechas en la aplicación.
Priorizar la seguridad tributaria sobre los incentivos: En un intento por atraer inversión extranjera directa (IED) vinculada a las cadenas mundiales de valor, muchos países participan en una competencia fiscal perjudicial para atraer a las empresas multinacionales (EMN). Sin embargo, en su mayor parte, la IED tiende a ser más sensible a la seguridad tributaria que a los incentivos fiscales. La mayor coherencia en las normas tributarias, la interpretación y la aplicación en todas las economías, y una mejor cooperación entre las autoridades ayudan a fomentar la certeza. Dicho esto, los créditos fiscales para educación y capacitación podrían ayudar a formar una fuerza de trabajo adecuada para tareas de gran demanda a través de asociaciones entre los sectores público y privado. Estos y otros programas se deberían diseñar y supervisar cuidadosamente para evitar la evasión fiscal o la planificación tributaria agresiva por parte de las EMN.
Incentivar la sostenibilidad: Las EMN desempeñan un papel clave en la coordinación de las actividades y los participantes a lo largo de la cadena de valor. Establecen estándares privados que los proveedores y afiliados deben cumplir. Una cantidad creciente (más de 550) de estos estándares están relacionados con la sostenibilidad. Como estos pueden ser difíciles de implementar y cumplir para los pequeños productores, se necesitan estándares coherentes y procedimientos simplificados. Muchas grandes marcas orientadas al consumidor ven una mayor demanda de productos de origen sostenible por parte de sus clientes. Otras están buscando formas de aumentar el capital aprovechando la inclinación de los inversores hacia las operaciones comerciales sostenibles.
Implementar reformas para hacer negocios: Como las EMN desempeñan un papel tan importante en las cadenas mundiales de valor, es fundamental crear un entorno propicio que atraiga y mantenga la IED. Esto implica reformas que reduzcan la burocracia y la corrupción, mejoren la infraestructura, brinden educación de calidad a la fuerza de trabajo para permitirles trabajar en cadenas de producción modernas, y asegurar que las empresas que operen en el país tengan acceso a divisas para poder pagar a los proveedores y repatriar las ganancias.
Hasta ahora, la guerra arancelaria ha sido justamente eso: una guerra limitada al uso de los aranceles de importación sobre los bienes. Pronto, sin embargo, se espera que Estados Unidos divulgue detalles de cómo planea restringir la inversión china en compañías estadounidenses cuando considere que se trata de una amenaza para la seguridad nacional. Mientras tanto, el gobierno chino podría dificultar las cosas para las empresas estadounidenses que operan en China –imponiendo cargas regulatorias o alentando el boicot de los consumidores. Podría optar por bloquear las fusiones, como la propuesta entre la firma estadounidense Qualcomm y la holandesa NPX. La UE podría considerar tomar represalias contra las compañías bancarias y de seguros de los EE. UU., y gravar los servicios digitales, perjudicando a sus compañías tecnológicas.
Las medidas proteccionistas de corto alcance ignoran y erosionan las oportunidades que ofrecen las cadenas mundiales de valor para impulsar un crecimiento inclusivo y sostenible, y no hacen nada para optimizar los resultados.
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