Claves para entender que ha pasado en el foro de las ciudades

¿Cabe la idea de ciudad en la mente de 200 personas? Puede que sean pocas… o no, pero en todo caso son las que participaron como ponentes en la tercera edición del Foro de las Ciudades de Madrid organizado por Ifema entre los pasados 13 y 15 de junio. 200 profesionales y expertos que aportaron ideas frescas sobre qué hacen las ciudades para ser más verdes, inclusivas y sostenibles.
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Además, este encuentro se celebra enmarcado en el Foro Medio Ambiente y Sostenibilidad (FSMS) de Ifema, que agrupa una docena de eventos que giran en torno a la sostenibilidad ambiental.
Hay un tiempo para la reflexión que nos permite diseñar el futuro y otro para la acción. En el Foro de las Ciudades de Madrid pudimos comprobar que muchas urbes ya están en esa segunda fase, porque la innovación, la tecnología, la nueva gobernanza o las grandes “hojas de ruta” (Objetivos de Desarrollo Sostenible, Nueva Agenda Urbana…) ya pusieron los raíles sobre los que trabajar en proyectos reales y tangibles.
Y así lo hicieron cerca de 65 ciudades españolas, europeas y latinoamericanas en este Foro, que cuenta con la participación directa del Ayuntamiento de Madrid y la colaboración de más de 60 entidades.

Lo que quiere una ciudad sostenible 

Cualquiera que haya asistido al Foro de las Ciudades pudo sacar una conclusión bastante acertada sobre hacia dónde camina la ciudad sostenible, y cuáles son los aspectos que más se están trabajando en este sentido. Lo dejó claro las intervenciones de Daniel Calleja, Director General de Medio Ambiente de la Comisión Europea, de Joan Clos, exdirector de ONU HABITAT o la de alcaldes y concejales de decenas de ciudades.

La ciudad verde

O es verde o no será. Se está produciendo una revisión total sobre la idea del “verde urbano”. Ya no se habla de jardines o parques. Ahora toca gestionar la llamada renaturalización urbana, recuperar la naturaleza dentro de la ciudad y convertirla en una pieza imprescindible para la vida de las personas (posiblemente la pieza más fundamental).
Corredores biológicos, sistema de drenaje sostenibles para el agua de lluvia, recuperación de espacios naturales, cubiertas verdes en los edificios, jardines verticales, huertos urbanos… Un sinfín de espacios naturales que reconectan a las personas con la naturaleza y, de paso, ayudan a mitigar los efectos del cambio climático (por ejemplo, reduciendo las islas de calor). Bienvenidos la biociudad.
Algunos ejemplos escuchados en el Foro de las Ciudades fueron la renaturalización del río Manzanares de Madrid (como parte de la estrategia de Espacios Vedes de la ciudad), el proyecto Lugo + Biodinámico (un barrio de la ciudad gallega que se regenera con criterios de renaturalización), las actividades de la Red de Huertos Urbanos, la nueva gestión de las playas en el Área Metropolitana de Barcelona, el proyecto “Castellón 2050, Ciudad Verde y Amigable”, o la recuperación de la ribera del río Paraguay  en la ciudad de Asunción.
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Planificar para crecer con cabeza

El urbanismo está viviendo un momento de inflexión. Toca repensar el desarrollo urbano, pero sobre todo la forma de regenerar la ciudad existente, que siempre es más eficiente y mejora la compacidad de las ciudades.  Es lo que algunos llaman “crecer para hacia adentro” a la vez que se recupera el patrimonio cultural, los cascos antiguos y los barrios. La rehabilitación de edificios con criterios de accesibilidad universal y eficiencia energética, o la recuperación y mejora del espacio público están en la agenda de muchas ciudades. Por ejemplo en Madrid con su nueva Estrategia de Regeneración Urbana, en el nuevo barrio sostenible 100% de Aspern (Viena), en la recuperación del casco histórico de Pontevedra o en la Estrategia 2030 de Donostia-san Sebastiánpero también en microproyectos como el plan “Mejora tu Barrio” de Sevilla o la recuperación de espacios degradados del concurso internacional Reinventing Cities de la red C-40, porque ahora toca olvidarse del “colosalismo” urbano para trabajar en lo micro, en el la escala barrio. Son las nuevas ciudades conectadas donde la tecnología no solo sirve para mejorar los sistemas y los procesos urbano, sino también la conexión entre las personas.

Nuevas economías urbanas

Recuperar y reaprovechar, no solo los residuos, sino también ciudad. Pasar del “tener” al “compartir” en temas tan claves como la movilidad, la vivienda o los servicios que usamos a diario. El Foro de las Ciudades dedicó una sesión a la economía circular realmente intensa (objetivos de aumentar el reciclaje de los residuos, por ejemplo, gestionando de otro modo los residuos orgánicos), pero también dedicó espacio a las nuevas economías urbanas donde, más allá de la circular, se habló de bioeconomía, economía del bien común, economía social y, sobre todo, economía colaborativa.
Las ciudades ya no se piensan de espaldas a los ciudadanos, porque son ellos quienes tienen la capacidad de decidir la ciudad que quieren. Los procesos de innovación social y participación están cambiando la piel urbana como, por ejemplo, en el intercambio de bienes y servicios entre personas o los nuevos formatos de movilidad.
Algunos ejemplos son el Proyecto MARES del Ayuntamiento de Madrid, que promueve la economía social y de barrio, las Actión Planning Networks del programa europeo URBACT o las iniciativas de redes como Ecoemprendedores por el Clima, City Followers o la Red de Ciudades que Caminan.
Entonces ¿cabe ‘el concepto de ciudad la ciudad en la cabeza de 200 personas? Puede que no, pero los que asistieron al Foro de las Ciudades pudieron conocer 200 visiones y más de un centenar de ideas y proyectos que demuestran cómo se mueve -a una velocidad de vértigo-la transformación urbana, porque en realidad la idea de ciudad no está en la cabeza de nadie y, a la vez, está en la cabeza de todos.

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