Japón se encamina a dejar atrás el pacifismo tras una amplia victoria de Abe

El premier, que quiere reformar la Carta Magna, centró su campaña en las amenazas de Corea del Norte y China

Abe, ayer, durante el recuento de votos. Foto: Reuters / Issei Kato
TOKIO (DPA).- El conservador jefe del gobierno japonés, Shinzo Abe, obtuvo ayer una contundente victoria electoral que para los analistas fue interpretada como un respaldo a su mano dura contra Corea del Norte. Así, seguramente gane el debate instalado para cambiar la pacifista Constitución de la posguerra. Revisar la Carta Magna es su objetivo político más ambicioso: junto a Estados Unidos, quiere reforzar el papel del ejército ante la amenaza de Pyongyang y el creciente poder de Pekín.

Tras los comicios, quienes defienden un cambio -entre ellos también pequeños partidos opositores- podrían alcanzar la necesaria mayoría de dos tercios, señalaron ayer medios locales. El Partido Democrático Liberal (PDL) de Abe y su socio, Komeito, sumarían una estable mayoría que, según todos los pronósticos, superaría los 300 de los 465 diputados de la cámara, encargada de elegir también al jefe del gobierno.

El recién formado Partido para la Democracia Constitucional (PDC), de corte liberal y liderado por Yukio Edano, podría convertirse en principal partido de la oposición, por delante del conservador Partido de la Esperanza que encabeza la gobernadora tokiota, Yuriko Koike. Al contrario que el PDC, el partido de Koike sí aboga por modificar la Constitución, al igual que el gobierno.

Los detractores de la iniciativa consideran que bajo el mandato de Abe, Japón no ha mejorado mucho sus relaciones con las vecinas China y Corea del Norte, sino que ha tomado un claro curso hacia la derecha. Abe tiene previsto recibir a Donald Trump en noviembre y actualmente es uno de los líderes extranjeros más cercanos al presidente norteamericano.

Muchos japoneses temen que la democracia más antigua de Asia deje de seguir siendo el país que conocen desde la Segunda Guerra Mundial si el PDL de Abe logra imponerse y modificar la Carta Magna. En un borrador de 2012, el partido prevé un cambio del artículo 9 sobre el pacifismo y una amplia limitación de los derechos fundamentales de los ciudadanos.

Abe defiende que la Constitución no se corresponde con la nación independiente que es hoy Japón, pues fue tutelada en 1946 por Estados Unidos, que en ese momento era una potencia ocupadora. Por eso quiere que la Carta Magna contemple la existencia de unas fuerzas armadas de autodefensa. Para conseguirlo, además de la mayoría de dos tercios en ambas cámaras, necesita ganar un referéndum nacional. Y el resultado de éste resulta incierto, pues pese a su victoria en los comicios, Abe sigue siendo bastante impopular.

Adelanto

Abe adelantó las elecciones más de un año. Tras descender en las encuestas debido a las acusaciones de nepotismo, la crisis con Corea del Norte volvió a sumarle apoyos. Además supo aprovechar la división entre las filas opositoras, que acusaban a Abe de tapar sus propios escándalos con la convocatoria electoral. Según afirmó el mandatario, su intención era conocer la opinión ciudadana sobre el uso de los ingresos de su planeado aumento fiscal y sobre su postura respecto de Pyongyang.

Durante un tiempo parecía que Koike podía poner en peligro el liderazgo de Abe. La carismática gobernadora tokiota fundó su partido conservador justo cuando el mandatario convocó nuevas elecciones: todo un terremoto político que derivó en la ruptura del Partido Democrático de Japón (PDJ), desde el que muchos se pasaron al partido de Koike. Ésta rechazó al ala más liberal, que formó el Partido para la Democracia Constitucional (PDC) de Edano, fiel a la Constitución pacifista.


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